Los internos e internas del Centro Penitenciario de Zuera editan un disco con las canciones que interpretan en las celebraciones dominicales.
En la mismo estuche del Cd, los autores de esta grabación cuentan cómo surgió la idea.
«Un domingo, a las once de la mañana, cuando los presos salían de misa en el Centro Penitenciario de Zuera
– Mañana me voy en libertad.
– ¿De tercer grado?
– No, con la total. Oye, ¿qué debo hacer para llevarme una copia de esos cantos del coro?»
Así se expresaba un interno cuando vivía sus últimas horas en la cárcel de Zuera. Se refería a las canciones que un grupo de internos e internas cantan en la celebración eucarística de los domingos. La petición se fue repitiendo, así que se decidió grabar algunas canciones para que los que quisieran se pudieran llevar un recuerdo agradable de su estancia en un lugar en el que se suelen pasar muchos momentos amargos. «Son cantos del día a día, como los que se cantan en cualquier parroquia», nos dice César Blanco, diácono encargado de la pastoral penitenciaria junto al sacerdote Raúl Revilla, con décadas de experiencia a sus espaldas. Pero son canciones interpretadas «con mucho sentimiento, puesto que forman parte de un momento que viven con especial intensidad dentro de la prisión», apunta Blanco.
“Se decidió grabar algunas canciones para que los que quisieran se pudieran llevar un recuerdo agradable de su estancia en un lugar en el que se suelen pasar muchos momentos amargos”
De momento, se trata sólo de un CD que no está a la venta. Se entrega a los presos cuando salen del centro penitenciario. «Todo el mundo se ha volcado con este proyecto», añade el diácono, quien destaca el buen nivel de los participantes, tanto humano como musical. «Descubres gente que vale mucho», afirma. «Son personas muy comprometidas». Entre la selección de los temas, elegidos por los propios integrantes del coro de la cárcel, sobresalen himnos tan célebres como Pescador de hombres, de Cesáreo Gabaráin; A ti, que estás sentado en tu sillón, de Brotes de Olivo; o Vengo ante ti, mi Señor, de Kairoi. Aunque la canción a la que más emoción le ponen siempre es el Aleluya, de Leonard Cohen. «Lo cantan con mucho sentimiento. Les encanta», nos dice César Blanco. Además, el coro también ha participado en el diseño de la portada. «Todo lo han pensado ellos, desde el nombre hasta los símbolos que aparecen en la ilustración con la que se ha querido poner cara a este trabajo».