En nuestro caminar hacia la Navidad durante el tiempo de Adviento, una nueva propuesta surgía en la diócesis: rezar vísperas todos los días en la capilla del obispado compartiendo la oración sacerdotes, laicos y religiosos.
Para los que hemos participado a diario en esta nueva iniciativa, ha sido una experiencia de Iglesia que camina unida y quiere ser testigo del Dios amor, luz y Salvador. Hemos podido celebrar juntos la espera de Dios que venía a acampar entre nosotros; una espera compartida desde la alabanza y la oración. Nos ha ayudado a descubrir y superar los obstáculos personales que muchas veces nos impiden acoger al Jesús que viene para habitar nuestro corazón, saliendo de nosotros mismo para encontrarnos con el otro.
Damos gracias a Dios por el don de la fe y por la oportunidad que nos ha brindado de compartir este tiempo juntos.
Amparo Ripoll
Hija de la Caridad