El obispo de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo, ha visitado la Misión Diocesana de Cochabamba, en Bolivia. Junto al vicario general de la Diócesis de Tarazona, Javier Bernal, y los miembros de la Fundación Lavilla Montón, Juan Carlos Inigo y Andres Garde. Durante una semana, el prelado ha podido conocer todo lo que se hace en la parroquia de Santa Mónica, gracias a la ayuda que se recibe de la diócesis y de la Fundación Lavilla Montón. En todo momento han estado acompañados por los dos sacerdotes diocesanos que ahora se encuentran allí desempeñando su tarea pastoral, Florián Cuenca y Vicente Patzán.
La visita fue cuidadosamente preparada por los sacerdotes, trabajadores, voluntarios, religiosas, feligreses y beneficiarios de la Misión. Los bailes y las comidas fraternas de agradecimiento también han tenido un papel destacado que han animado la primera visita de D. Vicente a Cochabamba.
A lo largo de todos estos días, el obispo de Tarazona se ha entrevistado con el arzobispo de Cochabamba, Mons. Óscar Aparicio Céspedes, y ha podido conocer las guarderías que se atienden y en las que se colabora, y el comedor María Ráfols, el lugar más significativo de la Misión de Cochabamba, ya que es donde comen los niños y niñas apadrinados por el proyecto «Pon un niño en tu mesa», en el que colaboran muchos fieles de la Diócesis de Tarazona.
En el Centro Jerónimo Usera, donde se atiende a niños y jóvenes mientras sus padres están trabajando y que está regido por las Hermanas del Amor de Dios, el obispo, el vicario general y, especialmente los miembros de la Fundación Lavilla Montón, fueron obsequiados con bailes y cantos como muestra de agradecimiento por la ayuda económica que presta esta entidad. La visita prosiguió los días posteriores conociendo los distintos centros que desarrollan su labor en la Parroquia de Santa Mónica de los que se ocupa la Fundación Cristo Vive. Así, conocieron en qué consiste el curso de Corte y Confección y el Centro de Día de Mayores, atendido por la misma fundación en colaboración estrecha con la parroquia. En esta jornada, asistieron al Consejo Parroquial de Pastoral donde conocieron los trabajos pastorales que se llevan a cabo en las cuatro capillas que, junto al templo de Santa Mónica, integran la parroquia.
El domingo, 12 de noviembre, el acto central fue la misa dominical. La iglesia de Santa Mónica se quedó pequeña por la gran cantidad de gente que participó en la eucaristía presidida por D. Vicente, quien quiso dejar constancia de la gran familia que forman Tarazona y Cochabamba. La misa fue preparada con mucho esmero, organizada por los miembros de las capillas que componen la parroquia, estuvo servida por el grupo de monaguillos de Santa Ana y cantada por el coro de la capilla de Santiago. Al finalizar la misa, el obispo y el vicario recibieron un detalle en señal de agradecimiento a la Diócesis de Tarazona por el envío de sacerdotes. Los bailes y los cantos fueron, de nuevo, el broche final de la celebración.
El último día, D. Vicente conoció los centros educativos de secundaria y de educación profesional regidos por los Hermanos Maristas. Además de saludar a los alumnos, profesores y dirección, D. Vicente se animó a realizar clases de soldadura y practicarla, mostrando una gran cercanía.
Como señala el vicario general de la Diócesis de Tarazona, Javier Bernal, «han sido días muy intensos, de grandes momentos vividos y de mucha emoción por lo que se está consiguiendo, gracias a la generosidad de la Diócesis y de la Fundación Lavilla-Montón y de todos los que allí trabajan. Gracias a las hermanas de la Caridad de Santa Ana, a las del Amor de Dios y San José de Treveris y, por supuesto, a nuestros hermanos sacerdotes Florián y Vicente, actualmente al frente de la misión, y también a todos los que han entregado años de su vida ministerial a Cochabamba. Pero, especialmente, gracias sobre todo a las gentes de Cochabamba por ese corazón tan grande y agradecido».
