Fernando Negro, escolapio aragonés (Bello, Teruel), actualmente destinado en el Bronx, ha pasado unos días de descanso en Zaragoza junto a la Virgen del Pilar. En esta entrevista nos habla de su misión escolapia por el mundo.
¿Qué nos puede decir de su familia y de su llamada a la vocación escolapia?
Siempre que hago una arqueología vocacional de mi vida acabo refiriéndome a mi familia, a mis padres, donde conocí al Señor, a rezar, a ir al eucaristía y donde nació la llama de mi vocación.
Después de sus años de formación y de ordenarse sacerdote, comenzó su aventura misionera internacional en Brooklyn: ¿cuál era su misión allí?
En Brooklyn éramos una comunidad de cuatro escolapios y teníamos la misión de estar inmersos en medio de la gente muy pobre, muy sencilla. Los educábamos, colaboramos en la parroquia de la transfiguración y nuestra tarea era evangelizadora y educadora según el espíritu de san José de Calasanz en un medio muy necesitado, abiertos a la posibilidad de abrir nuevos caminos donde Dios nos llamara.
Después llegó Camerún, ¿qué recuerdo guarda de ese país?
Un recuerdo maravilloso vivir allá 16 años. Un recuerdo fantástico de una vida nueva en la cual se tiene que desaprender lo aprendido. Cuando los más jóvenes nos veían a los tres escolapios que fuimos allí por primera vez, sentían que querían ser como nosotros y esto fue la causa de una vendaval positivo vocacional que está durando hasta nuestros días.
Después de África, llegó la India y de nuevo EEUU. ¿Qué fue a hacer allí?
Yo fui allí por un periodo de dos años para hacer una máster de Espiritualidad y dirección espiritual en la universidad de Fordham, en el Bronx. Pero entonces en 2011 tuvimos la fusión de las provincias de Nueva York y Puerto Rico y fui nombrado provincial.
¿Y en qué consiste su misión actualmente allí?
Allí desempeño un servicio de pastoral de acompañamiento a los hermanos, mayores y jóvenes. Desde 2011 hemos tenido vocaciones, todas ellas de sudamerica. Muchos fueron para allá para cumplir el sueño americano y descubrieron que Dios tenía otro sueño para ellos. Hemos tenido entre los que se han ordenado y los que se van a ordenar 20 jóvenes, de 13 nacionalidades y 4 continentes. Es una bendición.
Para escuchar la entrevista completa a Fernando Negro en ‘El espejo de la Iglesia en Aragón’ de COPE, reproducir el siguiente enlace de Youtube:
