La vigilia de la Inmaculada se celebró el día 7 de diciembre a las 22 horas en la Catedral, y estuvo presidida por el Señor Obispo. Fue preparada y dirigida por la Pastoral Juvenil Diocesana.
A lo fieles que acudieron se les repartió una vela para colocarla a los pies de María Inmaculada y poder así encomendarse a ella.
Fue una sencilla y sentida celebración en la que nos acercamos a la luz de María que no es otra que la luz de la salvación de Cristo. Tras la vigilia todos los asistentes acudieron al Palacio Episcopal donde pudieron tomar chocolate y unas pastas.