Los catequistas de la Diócesis de Tarazona celebraron el pasado sábado su encuentro en el Seminario diocesano. 35 catequistas compartieron una jornada que giró en torno al discernimiento vocacional y el papel del catequista. Un discernimiento vocacional que es necesario trabajar ante la escasez de vocaciones en nuestro tiempo.
El encargado de dar la charla fue el delegado de Pastoral Vocacional de la Archidiócesis de Burgos, D. Enrique Ybáñez Delgado, quien dio una serie de claves para que la catequesis sirva de ayuda para descubrir el proyecto que Dios tiene para cada uno, para descubrir la vocación y también la originalidad individual, huyendo de la uniformidad, del ser todos iguales. Y para conseguirlo existen tres caminos: la catequesis como un encuentro en el que empezar a ver esas diferencias; a través del acompañamiento del catequista a lo largo del recorrido, y la experiencia de vida compartida más allá de la catequesis, es decir, lo que se hace fuera: las excursiones, las celebraciones, convivencias…
El ponente expuso una metáfora muy clarificadora para explicar a los chicos qué significa que Dios tiene una tarea diferente para cada uno y cómo saber verla: no son granos de arroz en una paella, en la que un grano se puede sustituir uno por otro y no pasa nada, sino que son piezas de un puzzle, en el que, a pesar de que son todas muy parecidas, no todas sirven en cualquier hueco ya que la correcta debe de encajar en un sitio determinado para completar ese puzzle,
El dia finalizó con la misa presidida por el obispo de la diócesis, Mons. Vicente Rebollo, y con una comida de fraternidad. Los catequistas se fueron muy satisfechos con la jornada.
