Un recorrido por los belenes más bonitos de Aragón

Rocío Álvarez
20 de diciembre de 2019

Desde que en 1233 nació la tradición de poner el belén de la mano de san Francisco de Asís, no ha faltado una Navidad sin la representación creativa del nacimiento del hijo de Dios. Se trata de “un modo genuino de mostrar con sencillez la belleza de nuestra fe”, como dice el papa Francisco en su carta ‘Admirabile signum’. La variedad es innumerable y sólo en Aragón contamos con maneras muy diferentes de montar el belén. Aquí va una pequeña muestra para recorrer estos belenes en clave familiar:

[divider]Huesca[/divider]

Belén de Lagunarrota.

No dejes de visitar el belén de Lagunarrota, considerado uno de los mejores belenes de Aragón. Alcanza los 98 metros cuadrados, cuenta con 805 figuras, 102 de ellas en movimiento. El belén consta de dos partes: Oriente Medio, cuya escena central es la cueva del Nacimiento, Jerusalén con las murallas y el Huerto de los Olivos. 500 estrellas iluminan el cielo durante la noche.

[divider]Tarazona[/divider]

Belén de Lituénigo.

Tanto en las comarca de Borja como en la de Tarazona hay rutas para conocer distintos belenes. El de Lituénigo, en la comarca de Tarazona, es muy original. Tiene diez años de historia y es diferente porque está hecho con troncos reciclados de madera de los árboles de la zona. Tiene más de 60 figuritas, lo organiza la Asociación Cultural Los Ancebillos de Lituénigo y se implica todo el pueblo. El belén se pone por las calles del pueblo. Otro belén que merece la pena ver es el de Novallas. Se monta en la parroquia desde hace siete años entre todos los parroquianos.

[divider]Jaca[/divider]

Belén de la ermita de San Benito.

En la Jacetania son especialistas en belenes montañeros, instalados en cimas, cuevas o cualquier lugar de especial belleza. Es el caso del que instala la Asociación Cultural ERATA de Biescas en la ermita de San Benito, situada en la cima del pico Erata (2.005 metros). Se comenzó a poner hace 16 años. La afluencia de visitantes es muy variable, según la meteorología. Si el tiempo es bueno y hay poca nieve, el día de su instalación han llegado a subir un centenar de personas. Pero otros años ha habido que subir con esquíes de travesía y raquetas y con mal tiempo y, entonces, escasamente han llegado media docena o diez.

Montañeros belenistas.

Luego, a lo largo del invierno van goteando las visitas. Se sube desde el pueblo vecino de Espierre, por la pista de la ermita de San Juan Bautista y luego por el lomo de la montaña. Se pone el domingo inmediato a la Navidad, este año, el 22 de diciembre. Luego se baja a comer al pueblo vecino de Barbenuta. Se quita, cuando se va la nieve, ya en la primavera avanzada.

Hay más belenes montañeros en la Peña Oroel de Jaca, en el monte Santa Orosia de Sabiñánigo, en la ermita de Santa Elena de Biescas, en el Camino de Santiago del Valle del Aragón, en las Cuevas de Susuey de Hecho, etc…


[divider]Teruel[/divider]

El día de la Inmaculada se inauguró el espectacular belén de la turolense iglesia de San Pedro. El obispo, don Antonio Gómez, presidió la eucaristía y bendijo el belén que se encuentra ubicado en el claustro de San Pedro, al que se accede por la calle Caracol.

Belén de San Pedro (Teruel)

El belén es visitable hasta el 6 de enero, los domingos y festivos por la mañana de once a una y todos los días por la tarde de seis a ocho. Como todos los años, hay un donativo voluntario de un euro que será destinado a un proyecto de Manos Unidas.

Juan Cercós es quien ha dirigido los trabajos junto a una decena de voluntarios. Este año se hace un guiño al medio ambiente. Sus autores han incidido en la recreación de la naturaleza turolense al evocar los paisajes de su infancia. Las montañas de Javalambre o los barrancos de zonas como Valacloche, Camarena y Villastar aparecen en el pesebre. Sin olvidar la recreación de algunos de los principales monumentos turolenses y los centenares de piezas, en sus 64 metros cuadrados de superficie

[divider]Monzón[/divider]

Belén de Monzón.

Lo que empezó siendo el belén casero de un niño llamado Manolo, allá por el año 1960, acabó conviritiéndose en un belén considerado de los más grandes de todos los que se hacen en España en la modalidad de desmontable, con figuras de escala no superior a 40 centímetros.

En los montajes de las distintas ediciones, se trata de conjugar el belén tradicional con la historia y costumbres de Monzón, con la cultura y con el entorno de las tierras aragonesas. Cada una de estas escenas tienen su reflejo en la obra y pueden encontrarse, perfectamente diferenciados, cuadros como el nacimiento, la adoración de los pastores, la huída a Egipto y otros tradicionales al lado de la era aragonesa, los campos de labor o los edificios más significativos (algunos desaparecidos) de los pueblos de la comarca del Cinca Medio y de la misma ciudad de Monzón como capital y cabecera de esta Comarca.

[divider]Zaragoza[/divider]

Escena del sueño del san José en San Braulio.

Alma Mater Museum muestra en su recepción un belén napolitano creado por la Asociación de Amigos del Belén. Puede visitarse públicamente de acuerdo con los horarios habituales del museo y con entrada libre. También la parroquia de San Felipe muestra con orgullo un belén costumbrista creado por artesanos de Nápoles que puede visitarse en horarios de culto.

Por su parte, la parroquia de San Braulio tiene uno de los belenes más grandes de la ciudad de Zaragoza (35 m2 y más de 200 figuras). Desde hace años uno de sus parroquianos, Alberto Pallarés, lo viene montando con gran interés y perseverancia, representando los misterios de la infancia de Jesús en su contexto histórico y geográfico, y ofreciendo una visión catequética para grandes y pequeños. Puede decirse que este es un belén “hebreo”.

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