Los peregrinos que, año tras año, visitamos Lourdes, siempre decimos aquello de que “a Lourdes no se va, se vuelve”. Pero el año se nos hace largo. Por eso, desde la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, perteneciente a la Diócesis de Barbastro-Monzón, cada año organizamos una jornada de convivencia, de encuentro, de fraternidad. De reencuentros y alegría compartida.
Este año ha tocado en la localidad de Torrente de Cinca, donde, al son de los tambores, nos han recibido con los brazos abiertos y el corazón rebosante de generosidad. Ha sido una jornada estupenda. Hemos celebrado una Eucaristía en torno a Nuestra Señora de Lourdes. Un coro de voces extraordinarias nos ha acompañado. Las peticiones e intenciones escritas , se han quemado al pie del altar, cual tradición, para que su humo llegue al Cielo, a oídos de nuestra Madre, dando gracias por escucharnos.
Y después, una comida de hermandad, discursos importantes y recuerdos de nuestra última peregrinación. Hemos dado la bienvenida a Ms. Oscar, como nuevo consiliario de la Hospitalidad, que ha agradecido a Ms. Jose María Ferrer, siempre en nuestros corazones, por su incansable labor durante tantos años, lo que no ha sido una despedida, sino un: ¡te quedas con nosotros!
No podían faltar las jotas, las sonrisas, los abrazos, todo teñido de camisetas azules y pañoletas al cuello. Nos hemos acordado de los que viven en soledad, conviven con la enfermedad, se sienten impedidos, tristes, sufren abandono. Por todos ellos trabajamos. Hoy, mañana y siempre.
A Lourdes no se va, se vuelve.
Nos vemos en agosto, en Su Gruta. Bajo Su Amparo.
Gracias a todos los organizadores y voluntarios.
Gracias a Torrente de Cinca y su parroquia.
Gracias a Nuestra Señora de Lourdes por compartir este maravilloso día con nosotros.
Una peregrina
