Diecisiete jóvenes, de entre 21 y 35 años, participaron del 30 de junio al 6 de julio en el campo de trabajo ‘Sueños de libertad’. Organizado por la delegación de Pastoral Penitenciaria de la diócesis de Zaragoza, alternó sesiones formativas y de convivencia en la localidad de Romanos, donde se alojaron los participantes, y dinámicas de trabajo con treinta internos en el Centro Penitenciario de Daroca.
“El campo de trabajo ha sido, sin duda, una de las experiencias más intensas que he tenido hasta ahora”, apunta una de las jóvenes, que comparte con ilusión su experiencia: “Lo que me resultó más impactante fue conocer a los internos con los que íbamos a trabajar. Pude ver cómo Dios estaba presente en la prisión en medio de ellos y cómo tenían ganas, motivación y energía para aprender y pasar tiempo con nosotros”.
Aunque no han sido muchos días, admite esta voluntaria, “han sido muy intensos”, llenos de cosas constructivas: “He aprendido sobre todo a conocer a las personas antes de juzgarlas. También he aprendido a no culpar y ser más comprensiva con todo el mundo, porque todos éramos diferentes, fruto de haber vivido en contextos distintos, pero somos personas y merecemos ser tratadas como tal”.
La delegada de Pastora Penitenciaria, Isabel Escartín, muestra su agradecimiento a quienes han hecho posible esta “experiencia tan edificante”.
