¿Y si lo que buscas está en tu interior? es el lema del Día de la Iglesia Diocesana 2024, una llamada a concretar de qué manera podemos servir a la Iglesia diocesana, de forma corresponsable no solo en lo económico, sino también en lo pastoral y comunicativo. “Pretendemos vocacionalizar todos los ámbitos pastorales diocesanos para vivir el bautismo como lo que es: una llamada del Señor a seguirlo. Cada uno, desde donde considere que ha de dar respuesta a esa llamada, con su vocación específica”, señala el obispo, Mons. Ángel Pérez Pueyo.
Esa respuesta diocesana se manifiesta en la labor celebrativa, caritativa y evangelizadora de la diócesis, que contó para ello en 2023 con un presupuesto de 4.605.446 euros. En desglose y aplicación de la economía diocesana se expone en la Memoria 2023, una publicación disponible en las parroquias y en el portal de transparencia de la web diocesana (https://bit.ly/3CiwktW)
La principal vía de ingresos (1.654.483,76 €) corresponde con la Asignación Tributaria, gracias a los que marcan la equis en su declaración, seguida de las aportaciones de los fieles (1.185.877,34 €), capítulo que engloba las colectas parroquiales (925.388,92 €), suscripciones (35.055,87 €), colectas para instituciones de la Iglesia (14.543,31 €) y otros ingresos (210.889,24 €). Otros ingresos corrientes, por servicios y por subvenciones públicas, suman 734.108,50 €, a los que se añaden los ingresos de patrimonio y otras actividades (426.190,13 €).
En el capítulo de gastos, a la conservación de edificios y gastos de funcionamiento se destinó en 2023 un total de 2.546.746,64 €, partida seguida de la destinada a la labor pastoral, asistencial y de ayuda a la Iglesia Universal (1.160.129,88 €). La retribución del clero (601.315,00 €) y del personal seglar (238.813,89 €), junto con la aportación a centros de formación (58.540,98 €) completan el desglose.
El presupuesto, como apunta la ecónoma diocesana, es una herramienta que permite atender a las necesidades pastorales y asistenciales que, el año pasado, alcanzaron a 14.285 personas. “Pero para tener la fotografía completa no debemos olvidar la labor de Cáritas, el brazo asistencial de Barbastro-Monzón, cuya actividad es la actividad de la Iglesia diocesana”, señala Marta Calavera.
Rostros y nombres
Esas 14.285 personas fueran atendidas en alguno de los 31 centros diocesanos; 17 se dedican a mitigar la pobreza y ayudaron a 5.725 vecinos. Pero también hay tres para ancianos, que atienden a 145 personas, diez para promover el trabajo (980 personas), cuatro para la promoción de la mujer y para víctimas de violencia (447 personas), un centro de menores y jóvenes que atendió a 1.011 y otro para emigrantes, refugiados y prófugos (125).
La Memoria de 2023 aporta otras cifras, como los 67 sacerdotes, 58 religiosas y religiosos, 33 monjas y monjes de clausura, y 70 animadores de la comunidad que sostienen la labor celebrativa. O los 337 bautizos, 380 primeras comuniones, 289 confirmaciones y cien matrimonios celebrados, así como los 15 centros católicos concertados con 2.165 alumnos, los 28 bienes inmuebles de interés cultural, los seis proyectos de construcción y rehabilitación o las cinco fiestas religiosas de interés turístico nacional y regional. También recoge los 301 voluntarios de Cáritas, los 59 de Manos Unidas, los 139 catequistas y 70 animadores de la comunidad, cuya imagen ilustra el artículo Las unidades pastorales constituyen instrumentos de comunión para la misión.