Solidaridad para acabar con el hambre

Carlos Escribano Subías
12 de febrero de 2021

La ‘Campaña Contra el Hambre’ de Manos Unidas de este año se ve condicionada también por la pandemia que estamos sufriendo, en España y en todo el mundo. Estoy convencido que muchos de nosotros hemos visto con asombro que nuestro modo habitual de vida se ha visto modificado, hemos tomado conciencia de que somos vulnerables y de que necesitamos a los demás para sacar adelante esta situación que tanto dolor y pobreza está causando en el mundo. 

La situación que estamos viviendo, y que Manos Unidas está intentando afrontar, necesita una buena dosis de esperanza. Personalmente creo que el papa Francisco ha colaborado a traerla con la reflexión que nos propone a lo largo de la carta encíclica ‘Fratelli tutti’ que publicó el pasado 3 de octubre. Me gustaría subrayar el capítulo segundo de la misma, pues creo que ante un mar de dudas y de sombras, la encíclica responde con un ejemplo luminoso y lleno de esperanza: el Buen Samaritano. El capítulo, “Un extraño en el camino”, está dedicado a esta figura y en él el Papa destaca que, en una sociedad enferma que da la espalda al dolor y se olvida en muchas ocasiones del cuidado de los débiles y frágiles (FT 64-65), todos estamos llamados –al igual que el Buen Samaritano– a estar cerca del otro (FT 81), superando prejuicios, intereses personales, barreras históricas o culturales. Todos, de hecho, somos corresponsables en la construcción de una sociedad que sepa incluir, integrar y levantar a los que han caído o están sufriendo (FT 77). El amor construye puentes y estamos “hechos para el amor” (FT 88), añade el Papa, exhortando en particular a los cristianos a reconocer a Cristo en el rostro de todos los excluidos (FT 85). 

Esa rica reflexión ilumina el trabajo de la gran familia de Manos Unidas. Estamos llamados a estar cerca del otro y a levantar a tantos que por unas u otras circunstancias se han visto golpeados por la vida. Podríamos decir que, de algún modo y esa es la vocación de Manos Unidas, puede ayudarnos a todos a vivir con corazón solidario, momentos como este. Por ello me parece enormemente elocuente el lema de esta Campaña: ‘Contagia Solidaridad para acabar con el hambre’. Es cierto que la crisis sanitaria ha generado una crisis social y económica sin precedentes en nuestro país. Pero no hay que olvidar que esa crisis está golpeando con mucha crudeza también a países muy empobrecidos y que nuestra atención, cercanía y solidaridad hacia ellos es indispensable.

Muchas gracias a la delegación de Manos Unidas de Zaragoza por su trabajo constante, generoso y comprometido durante todo el año. Y gracias a todos los benefactores de Manos Unidas que con su aportación “contagian solidaridad”.

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