Pastoral Obrera, ante el 1º de Mayo: «Sin compromiso no hay trabajo decente»

Diócesis de Zaragoza
29 de abril de 2022

La delegación episcopal de Pastoral Obrera y la iniciativa ‘Iglesia por el trabajo decente’ celebrarán este sábado, 30 de abril de 2022, en el templo de Santa María, Madre de la Iglesia, (C/ Amsterdam 1), una eucaristía ante el Día Internacional del Trabajo. Además presentará el siguiente comunicado:

«Este 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, la delegación de Pastoral Obrera junto a las organizaciones promotoras de la iniciativa Iglesia por un Trabajo Decente (ITD) unimos nuestras voces en la celebración del trabajo y san José Obrero, para reafirmar que sin compromiso no hay trabajo decente. La precariedad y las posibilidades de estar en situación de desempleo. Así, a pesar de que se está generando empleo, las condiciones laborales siguen sin ser dignas, lo que hace que muchas personas, a pesar de tener un trabajo no consiguen salir de la pobreza.

«Ante esta situación, sin compromiso no hay transformación posible. Y en este sentido, tenemos ejemplos de trabajadoras protagonistas que con su dedicación, diálogo, esfuerzo y organización han luchado contra la precariedad laboral. Un compromiso ligado a la solidaridad, al bien común, lo colectivo y la justicia social. Como las trabajadoras de la limpieza del Museo Guggenheim en Bilbao, Carmen que tras 285 días de huelga “Estos 9 meses han sido muy duros pero han merecido la pena, han servido para ganar en dignidad. Ha sido una lucha muy bonita, un ejemplo de trabajo colectivo”

«La crisis visibilizó la necesidad de un cambio en el sistema productivo, que fuese capaz de crear empleos que aporten valor y con condiciones laborales dignas, pero la generación de empleo no está avanzando en este sentido y, de nuevo, asistimos a un sistema que prioriza el beneficio económico y “descarta” a las personas, principalmente mujeres, jóvenes y migrantes. Por ello, en nuestro compromiso como Iglesia por el Trabajo Decente, en este Primero de Mayo, defendemos la dignidad del trabajo y el trabajo decente como una prioridad humana y, por
ello, una prioridad cristiana y un compromiso de toda la Iglesia. Así, reivindicamos:

«La igualdad salarial entre mujeres y hombres; Creación de empleo juvenil de calidad: para que las jóvenes desempleadas y/o precarias tengan acceso a un trabajo digno; La promoción de un entorno de trabajo seguro: con la puesta en marcha de políticas activas y la financiación de proyectos preventivos que doten a las trabajadoras y trabajadores, así como al propio entorno de trabajo.

«Que las personas empleadas de hogar tengan acceso a los mismos derechos que el resto de trabajadores y trabajadoras, reconociéndose definitivamente su derecho a la prestación por desempleo; La regularización urgente de las personas migrantes; El acceso a medidas de protección social para aquellas personas que no puedan contar con un empleo.

«Reclamamos, junto al papa Francisco, el trabajo “especialmente trabajo decente y no de cualquier modo”, como garantía para la inclusión, el desarrollo y la dignidad de las personas.

«Animamos a que en este 1º de Mayo nos unamos, como comunidad cristiana, en el compromiso por la defensa del trabajo decente, participando en los actos reivindicativos y celebrativos que se realicen en las diócesis; apoyando su visualización y difusión; contribuyendo así a que nuestro mensaje pueda llegar con fuerza en la esperanza de que el trabajo decente pueda ser una realidad para todas las personas».


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