Solo el amor es capaz de dar luz y sentido a nuestra existencia.
En el evangelio de san Juan encontramos esta expresión de Jesús que nos indica que Él es la luz: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» (Jn, 8,12). Ciertamente Él es la luz que nos invita a que nosotros seamos la luz que irradie la suya, como nos lo dice san Mateo en el capítulo 5 de su evangelio en el versículo 14: «Vosotros sois la luz del mundo.»
Cuánta responsabilidad depositada en nuestra vida, porque Jesús no dice “tienen que ser”, sino “son”. Y lo somos porque hemos entrado a formar parte de su reino y, desde ese momento, nuestra vida se ha de asociar con Él. Sus valores han de ser los nuestros. Detengámonos en nuestra Navidad 2022, a reflexionar e introyectar, este mandato de Jesús a «ser luz»; invitación que nos recuerda la Campaña de Cáritas para este año: «Sé Navidad, sé luz para los demás».
Somos luz: gracias a la luz podemos distinguir la realidad que nos rodea. Y desde esta perspectiva podemos darnos cuenta de las múltiples necesidades que hay a nuestro alrededor, de tanta gente que nos necesita, de las dificultades de muchos para llevar a cabo su vida, como nos lo recuerda el Papa Francisco: «llevemos la luz de Cristo a través del testimonio de una caridad genuina» (Ángelus de S.S. Francisco, 9 de febrero de 2014) , y también: «La luz no se ilumina a sí misma, siempre (debe estar) al servicio». La tarea del cristiano es, entonces, dejar transparentar esa luz que lo habita, ser el “signo” de esta presencia de Dios entre los hombres, sobre todo aquellos más empobrecidos en todos los ámbitos de la existencia.
Aquí está nuestra tarea, ser luz y calor en este mundo tan empecinado en dividir, en empobrecer, en olvidar valores, en olvidar el sufrimiento de la gran mayoría, en hacer guerras, producir hambre, soledad, pandemias, migraciones…… Por ello, hago mía, nuestra, la Campaña de Cáritas este año: «necesitamos que brillen otras luces que nos hagan superar los miedos y prejuicios, que nos ayuden a confiar para que emerja de nuestro verdadero ser la solidaridad y la generosidad que nos habitan».
Ser luz para otros es dejar que los valores de Jesús, nacido en Belén, se manifiesten en nuestra vida y orienten nuestro camino. No caminamos en la noche. Seguimos a ALGUIEN que va con nosotros , animando nuestra existencia, y que nos dice: «Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en vosotros, a fin de que ellos vean vuestras buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo”. (Mateo, 5, 16).
¡¡¡Feliz y bendecida Navidad!!!
Nacho Cardona. Vicario de Pastoral. Delegado de Caridad de Barbastro-Monzón.