El pasado 23 de febrero se cumplió el primer aniversario de la Dedicación de la Real Basílica Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud.
Por esa razón, ese día se pudo obtener obtener indulgencia plenaria al visitar la basílica, al confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa.
PASO NECESARIO
La Dedicación fue un paso previo y necesario para que el templo pudiera recibir el título de Basílica, que le fue otorgado el pasado mes de noviembre.
La ceremonia fue presidida por el obispo de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola, y en ella se llevó a cabo la unción con crisma –aceite perfumado- de las columnas y el altar, así como la bendición con agua de varios puntos y el encendido de las llamadas lámparas consecratorias.
Como nos decía hace un año, el prior de la Basílica, Javier Sanz, la dedicación es como el bautismo de un templo. «Cuando se construye una iglesia se suele dedicar, es decir, poner bajo la protección de Dios para que sea un recinto de oración especialmente dedicado a Él, o, al menos, bendecir. En el caso de esta iglesia, solamente fue bendecida el 9 de noviembre de 1614 por el entonces prior Juan de Palafox. Por lo tanto, estaba bendecida, pero no dedicada.
Además de este aniversario, también se ha cumplido el primer año del nombramiento de Javier Sanz como prior de la Real Basílica Colegiata del Santo Sepulcro.