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“Pastores misioneros”

Diócesis de Teruel y Albarracín
7 de diciembre de 2020

El Día del Seminario de este año se ha aplazado en dos ocasiones a causa de la pandemia: de la fiesta de san José, en marzo, al domingo del Buen Pastor, en mayo, y, finalmente, a la fiesta de la Inmaculada. 

Lo que no ha variado ha sido el lema ‘Pastores misioneros’, que intenta recoger la identidad del sacerdocio ministerial. Los sacerdotes, en cuanto que participan del sacerdocio de Cristo, son llamados en verdad ‘pastores de la Iglesia’; y, en cuanto enviados por él, son esencialmente misioneros dentro de una Iglesia toda ella misionera. 

Aragón cuenta tras las últimas ordenaciones con once seminaristas mayores. Uno pertenece a la diócesis de Tarazona, dos a la de Teruel y Albarracín, ocho a la de Zaragoza. A estos, se unen cinco seminaristas menores.

El Rector del Seminario de nuestra diócesis, Juan Pablo Ferrer, ha dedicado una carta con motivo de este día del Seminario publicada en Iglesia en Teruel y Albarracín.

En estos días hemos dicho “A DIOS”, “hasta Dios” a dos de nuestros anteriores obispos: don Antonio Algora, el pasado 15 de octubre, y don Damián Iguacen, este pasado 24 de noviembre. Ellos constataban que los sacerdotes de la diócesis de Teruel y Albarracín somos “muy de aquí”, muy identificados con la realidad de esta tierra turolense. Ambos contribuyeron con sus carismas personales a hacer auténtica y real que pretendemos ser pastores ”con olor a oveja”.

Para este “presbiterio” tan caracterizado, se están preparando en el Seminario Metropolitano de Zaragoza cuatro personas. Dos jóvenes estudiantes de Teología: Alfonso Torcal e Isaí Zarza, en 4 y 2 curso respectivamente. Y otros dos chicos en la ESO: los hermanos Julio y Kevin Martínez, de la localidad de Blesa. Ellos conocen esta tierra turolense y hacen opción por ella. Saben también que su futuro servicio a la evangelización de nuestra tierra pasa por una opción decididamente “misionera”. No solo ellos se están preparando para ser “misioneros” dentro de esta cultura, que funciona como si Dios no existiera, sino que su gran misión es animar y ayudar a que todos los miembros de nuestra Iglesia seamos “misioneros”, allá donde convivimos, trabajamos, nos divertimos…

Hay que ser muy valientes para una vocación así en una sociedad mediática, que cada vez se vuelve más agresiva e irrespetuosa con los sentimientos religiosos. Y eso… en una sociedad democrática, que debería hacer respetar las convicciones de los demás, sin hacer burla de nadie.

Por eso, os pido una especial oración por ellos el próximo día de la Purísima Concepción de María, que este año es el Día del Seminario. También os pido vuestros donativos en la colecta para ayudarnos en los gastos de formación. Por ambas cosas… ¡Gracias!

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