Se trata del joven Ignacio Dueñas Hernando, de 22 años, que, junto a dos jóvenes más y un sacerdote de Zaragoza, ha peregrinado hasta Panamá para participar de la Jornada Mundial de la Juventud que está teniendo lugar estos días bajo el lema ‘Hágase en mí Según tu palabra’.
Nacho ha sido uno de los casi 200 jóvenes que han tomado parte en la ceremonia de bienvenida al Santo Padre, el papa Francisco. Ignacio, en concreto, ha sido el encargado de representar a los jóvenes de España portando la bandera del país en el altar principal que preside el lugar donde más de dónde más de doscientos mil jóvenes han acudido en la tarde del jueves 24 de enero a la cinta costera de Panamá y que en estos días se convierten en el campo de Santa María, la Antigua.
Aquí el propio testimonio de Nacho acerca de su participación en este primer acto de la JMJ presidido por el Papa:
El llevar la bandera de España frente al Papa requiere, como cualquier participación en un acto así, de mucha paciencia y tiempo en los días previos de ensayo, también nervios, pero al final te quedas con la suerte, el privilegio y el honor de haber sido tú… Éramos muchos jóvenes en el altar, uno por país, por lo que todos éramos desconocidos. En cuanto al ensayo y momentos previos me quedo, sobre todo, el compartir y convivir con la gente joven… Precisamente, es en este estrado donde acabas haciendo amistades con diferentes personas muy distintas de idioma, cultura, forma de pensar o de vestir… Alemania, Sudáfrica, Paraguay, Holanda, Portugal, Francia, Argentina, Venezuela, México, Líbano, Egipto… Son muchos los representantes de los países con los que he podido compartir en poco tiempo muchas risas y momentos únicos…En cuanto al momento de salir con la bandera ante el Santo Padre… además de la emoción, estábamos muy nerviosos, representábamos a nuestro país frente al Papa, Panamá y el mundo entero… Queríamos que todo saliese genial… Esto para mí tiene un mensaje muy claro y es que aunque parezca irónico… Dios no tiene bandera… Para mí esto significa que Dios está en todas partes, todos los países, de los cinco continentes, grande y pequeños, cientos de lenguas, sea de mayoría cristiana o no… pero Dios está ahí, la fe está ahí también, la fe nos hace hermanos, nunca distintos pese a las diferencias… En definitiva ha sido una experiencia única estar ahí arriba, ver al Papa tan cerca y con docenas de banderas mostrar que la unidad, el amor y la fe son más fuertes que todo lo demas, incluso por encima de las armas pues estas nunca serán el camino de nada… Como ha dicho el papa Francisco hoy «encontrarse no es mimetizarse ni ser iguales, es tener un sueño en común» y como cristianos tenemos no uno sino tres sueños… Una vez más… la fe, el amor y la unidad.