Miguel Ángel Peña se ha convertido en el primer diácono permanente con el que cuenta la Diócesis de Tarazona al haber recibido este orden el pasado 4 de septiembre de manos del administrador apostólico, Mons. Eusebio Hernández Sola. La ceremonia tuvo lugar en la S.I Catedral de Tarazona y en ella participaron varios sacerdotes diocesanos.
D. Eusebio agradeció a Miguel Ángel el paso dado y sus años de servicio en la Diócesis y en las distintas en las que ha colaborado desde siempre. Le recordó asimismo que es Dios quien le ha hecho tomar esta decisión y recalcó su papel de servidor al Señor, a la Iglesia y a todos. Después de la lectura del Evangelio tuvo lugar la presentación del diácono y la elección.
Tras la homilía, realizó las promesas a las que se compromete como diácono, se recitó la letanía de los santos y el obispo le impuso las manos. Después, recibió sus vestiduras: la estola que, como diacóno, llevará cruzada desde el hombro izquierdo hasta la cintura, y la dalmática. Posteriomente, le fueron entregados los Evangelios.
Al finalizar la eucaristía, el nuevo diácono permanente dirigió, emocionado, unas palabras a todos los presentes en las que mostró su agradecimiento a todos aquellos que le han acompañado en su camino hasta llegar aquí.
EL DIACONADO PERMANENTE
El orden del diaconado es uno de los tres que existen en la Iglesia, junto al episcopado y presbiterado y los candidatos deben estar bautizados y confirmados.
Miguel Ángel Peña pasa a ser un servidor del obispo y de los sacerdotes en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad, como así le recordó D. Eusebio durante la homilía.
A partir de ahora podrá predicar la palabra de Dios como catequista, dirigir comunidades cristianas distantes en nombre del obispo o párroco y prácticar obras caritativas. Así mismo son funciones del diácono administrar el sacramento del bautismo, llevar el viático a los enfermos y presidir la celebración dominical. No pueden administrar la Unción de Enfermos, confesar ni celebrar la Misa.