Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, seis mujeres con cargos de responsabilidad en las diócesis aragonesas aportan su mirada sobre la figura de las mujeres en la sociedad y en la Iglesia. Cabe recordar que, durante su pontificado, el papa Francisco ha resaltado la importancia de la presencia femenina en los espacios de la Iglesia: en 2021, el Sumo Pontífice abrió a las mujeres el ministerio del lectorado y acolitado, y en 2022 les confirió por primera vez estos ministerios laicales.
DÍA DE LA MUJER Y DEL HOMBRE
Beatriz Mairal, primera mujer laica en ocupar el cargo de secretaria canciller en la Diócesis de Barbastro-Monzón, señala que la celebración del 8 de marzo, al igual que otras fechas significativas, será bien recibida siempre que contribuya a “que las mujeres y los hombres crezcan como personas y sepan construir una sociedad mejor”. Para Belén Luque, directora de Museo Diocesano de Jaca, “el 8M tuvo su sentido en el XX o, incluso, podría tener sentido en países donde las mujeres aún están subyugadas”, puntualiza.
Por su parte, Cristina Inogés, teóloga zaragozana y primera mujer laica en dirigir la meditación inicial del Sínodo, explica que sería interesante “que no hubiese solo el Día de la Mujer y que no existiera la necesidad de recordar ciertas cuestiones”, frente a este contexto, plantea como alternativa que también se le dedique un día al hombre.
TRANSMISORAS DE FE
Rosa Tenas, delegada de Manos Unidas en Huesca, expresa que las mujeres son los pilares de las familias: “Su trabajo no siempre es visible, pero son las que sostienen los edificios, es decir, las familias”. Para Inmaculada Soria, primera mujer presidenta de la Coordinadora de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Tarazona, es relevante que las mujeres conformen la mayoría en las comunidades eclesiales, y agrega que “las madres y abuelas siempre han sido las encargadas de transmitir la fe y enseñar a rezar a los hijos”. Sara Salvador, responsable diocesana de SEPAS Teruel y trabajadora de Cáritas diocesana en voluntariado, añade que lo mismo sucede en Cáritas diocesana de Teruel, donde el 83% de las personas voluntarias son mujeres.
Jesucristo ensalzó la figura de la mujer y escogió a María Magdalena para que fuera la primera testigo de su Resurrección
I. Soria
CARGOS DE RELEVANCIA
Inmaculada Soria subraya que hoy las mujeres van ocupando puestos con grandes responsabilidades, que, tradicionalmente, ocupaban las figuras masculinas. Belén Luque, directora del museo jacetano, se muestra de acuerdo con esta afirmación y señala que, en otras épocas, era muy difícil que la mujer ocupase cargos de relevancia, pero en la actualidad su aporte es decisivo en todos los órdenes. Una muestra de ello es lo que refiere Beatriz Mairal, como ejemplo de esta realidad: en el Obispado de Barbastro-Monzón, el equipo de la Curia es mayoritariamente femenino, lo cual responde a “una cuestión de valía profesional y de calidad humana”.
COMPLEMENTARIOS
La teóloga zaragozana Cristina Inogés afirma, siguiendo las enseñanzas de la Iglesia, que la mujer y el hombre son complementarios y que ambos poseen cualidades distintas tanto “biológica, fisiológica y hasta socialmente”. En palabras de Rosa Tenas, la mujer tiene su rol y el hombre el suyo, y, por ello, explica que “somos diferentes pero complementarios”.
La jurista Beatriz Mairal entiende que Dios nos ha dado a los hombres y a las mujeres sensibilidades diferentes, y, en consecuencia, “la presencia de ambos dentro de la Iglesia y de la sociedad se complementa y enriquece”.
El lugar de la mujer en la Iglesia es el de hijas de Dios a través del Bautismo que nos iguala
C. Inogés
VISIBILIDAD DE LA MUJER
El papa Francisco está marcando una línea que trata de dar visibilidad al lugar de la mujer en la Iglesia. Sobre esta realidad, Cristina Inogés estima necesario que “se ponga en práctica la metodología del Santo Padre en todas las diócesis”. De hecho, la participación de la mujer en la Iglesia es muy visible; por eso mismo Rosa Tenas indica que, poco a poco, “las palabras del Papa irán empapando más la vida de las comunidades, de las diócesis y de las Iglesias locales”. Por su parte, Beatriz Mairal se siente interpelada por el camino de la “revolución de la ternura”, que ha sido propuesta por Francisco tanto para hombres como mujeres.
VOLVER AL EVANGELIO
En este sentido, Inogés anima a reflexionar sobre la Iglesia a partir del Evangelio, porque considera que “el lugar de la mujer en la Iglesia es el de hijas de Dios a través del Bautismo que nos iguala”. En sintonía, Inmaculada Soria recuerda que Jesucristo ensalzó la figura de la mujer y escogió a María Magdalena para que fuera la primera testigo de su Resurrección, aun sabiendo que en aquella época el testimonio de una mujer no tenía validez.