Mons. Xavier Gómez: «Las ideologías han de quedar por debajo del Evangelio, no por encima»

David López
29 de octubre de 2024

La Casa de la Iglesia, en Zaragoza, acogió el pasado 22 de octubre la presentación de la exhortación pastoral «Comunidades acogedoras y misioneras”, a cargo de Xavier Gómez, obispo electo de Sant Feliu de Llobregat y Director saliente del departamento de Migraciones en la Conferencia Episcopal (CEE). Un acto organizado por la delegación episcopal de Migraciones en la que participaron el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, y Eduardo Gálvez, delegado episcopal de Migraciones de Zaragoza. 

Xavier Gómez comenzó recordando a los presentes que «cuando los migrantes ya están entre nosotros, no tiene ningún sentido hablar de ellos como extranjeros, sino como vecinos, conciudadanos y, en lenguaje cristiano, como hermanos». De lo contrario, decía, es difícil conseguir una plena integración en la sociedad, como se pretende. 

Para alcanzar este objetivo, Mons. Gómez pide «que las comunidades se abran a un proceso de conversión personal y pastoral», que sería el paso previo a afrontar la nueva realidad de nuestras parroquias. En este sentido, lo importante ahora es concienciar de que las migraciones suponen una oportunidad en la Iglesia actual para interpretar el principal signo de este tiempo: «Dios nos está llamando a un cambio, a una transformación, a madurar en un momento en el que la Iglesia se está haciendo más pequeña y más débil, pero más significativa y más fecunda». 

Kairós

La filosofía griega denomina kairós a un lapso indeterminado en que algo importante sucede. Su significado literal es «momento adecuado u oportuno», y en la teología cristiana se asocia con el «tiempo de Dios». Para Xavier Gómez, el fenómeno de la migración «es el signo de los tiempos más potente de este inicio de siglo: porque es un fenómeno global, conectado a muchas realidades; y porque es un termómetro de la humanidad con la que actuamos, y por tanto un medidor de la fidelidad al mensaje evangélico». 

Además, recuerda el que ha sido hasta ahora responsable de Migraciones en la CEE, «es una cuestión de futuro, ya que nuestras comunidades van a ser cada vez más diversas», como estamos viendo ya con la incorporación de clérigos venidos de otros países. 

De ahí la importancia de incorporar procesos que nos lleven a «acoger, promover e integrar». Una llamada que el actual pontífice nos recuerda a través de sus últimas encíclicas. Para Xavier Gómez, esta toma de conciencia nos lleva a ser «contraculturales», en un mundo marcado por la «polarización, el enfrentamiento y la fragmentación». Frente a estas actitudes, dice, «Dios nos invita a una esperanza y a una humanidad nuevas», sin perder de vista que este proceso «no es un camino de rosas» y que la interculturalidad no siempre es fácil de manejar. 

La postura de muchos católicos, de hecho, es contraria precisamente a este mensaje de apertura y acogida. A pesar de que «la catolicidad nos recuerda que la Iglesia es una casa abierta» y que la «diversidad en armonía es el camino». Desde este punto de vista, Mons. Gómez da un paso más allá y afirma que «hay que dar las gracias a quien viene a aportar», y propone una educación desde la Escuela para que las familias superen prejuicios y favorezcan la integración, también las familias que llegan y necesitan abrirse a esta realidad que les acoge. 

La oración como herramienta de transformación

Xavier Gómez, que también estuvo el pasado 14 de octubre en Tarazona en una charla para sacerdotes,  insiste mucho en acompañar este proceso con la oración, «que ha de transformarnos», ayudando a cambiar nuestra actitud con respecto a los migrantes. Y advierte que las ideologías no han de estar por encima del Evangelio sino por debajo». A este respecto, se nos invita a volver a Jesús, aprendiendo a mirar como el mira; a acoger al otro como si fuera Cristo; -«hemos de ser expertos en acompañar y en dejarnos acompañar-, dice; aportando creatividad; profundizando en la idea de maternidad de la Iglesia, como escuela de cuidados; y así, pasar de una Pastoral “para” inmigrantes a una Pastoral “con” los inmigrantes. 

Sólo así lograremos ser comunidades acogedoras, inclusivas y misioneras. 

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Un comentario

  1. Xavier Gómez comenzó recordando a los presentes que «cuando los migrantes ya están entre nosotros, no tiene ningún sentido hablar de ellos como extranjeros, sino como vecinos, conciudadanos y, en lenguaje cristiano, como hermanos». De lo contrario, decía, es difícil conseguir una plena integración en la sociedad, como se pretende.

    Añado: como vecinos, como conciudadanos, como hermanos sin casa y sin oficio ni beneficio. ¿Por qué no se mandan migrantes a todos los países, por ejemplo, del norte de europa, rusia, áfrica, américa… ? ¿Tienen que ser siempre España, Italia… los países destinatarios? ¿Por qué no ponen sanciones severas a los países de origen?

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