El obispo de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo, presidió ayer la eucaristía que se celebró en la S.I Catedral de Tarazona con motivo de Miércoles de Ceniza. El prelado estuvo acompañado por los miembros del Cabildo y por el diacono permanente de la Diócesis.
En su homilía, don Vicente señaló que iniciar el camino hacia la Pascua es «querer que nuestro corazón se dirija hacia Dios», así como «reconocer nuestra necesidad de creer en el amor y, particularmente, en el amor del Señor». «No debe de ser un Miércoles de Ceniza más, sino uno que permita que avancemos por el camino de la Cuaresma haciendo que nuestro corazón piense más en los demás. Es lo que nos pide el Señor, para acercarnos más a él siempre desde la necesidad de pensar menos en nosotros y más en el resto, especialmente en los más débiles«, añadió.
«Salid de la rutina y permitid reconciliaros con Dios. Al final es a lo que la Cuaresma nos invita. Por eso, el corazón tiene que crecernos en esta Cuaresma, para que nos permita dirigirnos hacia el Señor». El obispo de Tarazona recordó que el tiempo que comenzamos ayer es propicio para orar y que «la gracia de Dios encontrará terreno abonado» con el ayuno.
Después de la homilía, don Vicente bendijo las cenizas, y después de recibirlas los sacerdotes se dio paso a su imposición a los fieles que participaron en la eucaristía, cantada por el Coro de la Catedral.