La S.I Catedral de Ntra. Sra. de la Huerta volvió a albergar ayer la misa de Domingo de Resurrección. El templo se llenó de fieles que quisieron celebrar la Resurrección de Jesús y recibir la bendición papal y la indulgencia plenaria que se realizó al final de la eucaristía. La celebración estuvo presidida por el obispo de la Diócesis de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo, que estuvo acompañado de varios sacerdotes diocesanos. Las imágenes de Jesús Resucitado y de su Madre ocuparon lugares preferentes en la nave del templo. El alcalde de Tarazona, Luis José Arrechea, y miembros de la corporación municipal también estuvieron presentes, así como los Hermanos Mayores de las distintas cofradías de la ciudad. El Coro de la Catedral interpretó los cantos de la eucaristía.
«Cristo ha resucitado para toda la humanidad», indicó D. Vicente, «Feliz Pascua de Resurrección de todo corazón. Ver y contemplar a Jesús Resucitado en medio de todos nosotros es la gran dicha que estamos celebrando hoy, que nos conmueve y nos llena de alegría. Esto no significa que tengamos que hacer borrón y cuenta nueva de lo que hemos vivido, la Pasión y la Muerte, esa traición, esa negación, esos dolores. Sabemos que están ahí, sabemos que por desgracia el mal no ha desaparecido del mundo y el pecado tampoco. Sin embargo, no tienen la última palabra. Esa es la certeza de lo que hoy celebramos. La muerte y el pecado no son el final, no estamos abocados a ese fracaso. Gracias a su obediencia y entrega amorosa por todos nosotros, Jesús ha resucitado para la vida eterna y ahora nosotros lo celebramos con alegría«.
«Es importante que tengamos la certeza, la convicción plena de que la Resurrección de Cristo es un hecho histórico. sucedió hace 2.000 años. Los testigos nos lo transmiten, y los Evangelios nos van dando cuenta de ese hecho». «La obra de los que seguimos a Cristo Resucitado» -continuó el prelado- «ha cambiado el mundo y tiene que seguir siendo así. Esa es nuestra tarea. Tenemos que llenar nuestro mundo de vida y de resurrección. Para ello tenemos que sentirlo en nuestro interior y darnos cuenta de que por muchos pecado que podamos tener, o por lejos que podamos sentir a Dios, la Pascua de Resurrección es una nueva oportunidad para nuestra vida. Podemos vivir en la esperanza de la vida eterna, pero en la esperanza del día a día el amor de Dios está dentro de nosotros y podemos practicar esas obras de amor y misericordia con todos».
D. Vicente invitó a los asistentes a la misa a preguntarse si querían vivir como resucitados, siendo coherentes con esa condición de hijos de Dios con esa vida que ha renacido en nuestro interior. «Estoy seguro de que sí, por eso estamos aquí hoy. Nadie nos ha obligado. Venimos a celebrar esta fiesta con gozo, a empaparnos una vez más de la Resurrección de Cristo. Caminemos pues como hijos de la luz, hijos resucitados y dejemos que cale en nuestro interior este tiempo pascual, que Jesús ha resucitado y que vive en nuestro corazón«.
ENCUENTRO DE JESÚS RESUCITADO Y SU MADRE
Antes de la misa, tuvo lugar el Encuentro entre Jesús Resucitado y su Madre en la explanada de la Catedral. Organizado por la Cofradía de la Resurrección de Tarazona, que lleva la imagen de Jesús Resucitado, también tomó parte en el acto la Cofradía del Cristo de los Afligidos con la imagen de la Virgen. Ambas cofradías confluyeron en la Catedral portando a hombros ambos pasos.
El acto estuvo muy concurrido y en él tomaron parte el alcalde de la ciudad y el obispo de Tarazona, que pronunció unas palabras en las que mostró su alegría por la Resurrección de nuestro Señor e invitó a todos los presentes a proclarmarlo. Tras el Encuentro entre Madre e Hijo, y después de ver bailar una jota y escuchar otras dos , se soltaron varias palomas por la paz.