Tras su ordenación episcopal y toma de posesión de la Diócesis de Tarazona, Mons. Vicente Rebollo estuvo ayer en Calatayud donde celebró una eucaristía en la que participaron los sacerdotes de los arciprestazgos de Calatayud, Alto y Bajo y Jalón y un numeroso grupo de fieles, además de autoridades civiles y militares. También concelebraron el abad de la Colegiata, Jesús Vicente Bueno, quien le dirigió unas palabras de bienvenida al nuevo prelado diocesano, y el vicario general, Javier Bernal.
El obispo de Tarazona volvió a señalar su deseo de ser un obispo cercano, que quiere que se cuente con él y pidió que le ayudaran a ser un «administrador fiel, humilde y sencillo». Deseo ser un puente entre los fieles y Dios y contar con la ayuda del Espíritu Santo para que llegue a todos.
Al finalizar la eucaristía, recibió las felicitaciones de los asistentes. D. Vicente contó con la presencia de su familia más próxima que le han acompañado durante todos estos días.