Con gran alegría deseo felicitaros la Navidad, la certeza de que el Amor de Dios se sigue encarnando en cada uno de nosotros para poder regar el mundo de la buena noticia de que el mal y el pecado, la falta de esperanza, no son la última palabra en este mundo.
En 2025, vamos a celebrar que hace más de dos mil años del nacimiento de Jesús, que una luz brilló en el cielo y sigue brillando. El Amor de Dios vino a los hombres y sigue estando a nuestro lado.
En el nacimiento de Jesús, la esperanza es una realidad en el corazón de las personas, aunque aún quedan muchos espacios y hombres y mujeres que no la sienten en su plenitud. Necesitamos esperanza y Jesús nos la da para que podamos sembrar en el mundo, descubriendo la capacidad de amar a todos, también a los diferentes.
Jesús es hoy esperanza para nosotros porque nos ayuda a confiar en nuestro interior, en las personas, en su amor. Jesús es esperanza porque nos da la fuerza para acercarnos a aquellos que no la tienen, que no la sienten en su corazón y podamos ayudarles a que la descubran, a que no se sientan solos.
Aceptamos el reto con Cáritas de abrir caminos de esperanza allí donde se necesite. Qué gran oportunidad es para nosotros la Navidad. Contemplar en nuestro corazón el amor de Dios encarnado, descubrir ese amor en el corazón de los otros y descubrir la fuerza para poder sembrar ese amor en las personas. Gracias, Jesús, por que cuentas con nosotros para amar a los demás.
Feliz Navidad. Feliz Año Jubilar 2025.