Medio centenar de personas afectadas por el incendio que se inició ayer en Añón de Moncayo han pasado la noche en el Seminario diocesano de Tarazona. Diez de ellos continuarán en las instalaciones diocesanas y el resto irán al Polideportivo Municipal de Tarazona, que ya ha sido acondicionado por la UME que ha llegado esta mañana.
El Seminario se prepara ahora para recibir al personal que está trabajando en el incendio: bomberos, brigadas forestales, protección civil... Allí podrán descansar, comer y reponer fuerzas para continuar con la extinción del fuego.
Talamantes es la última población que ha sido desalojada. Se suma a Añón de Moncayo, Alcalá de Moncayo, Vera de Moncayo, Trasmoz, El Buste, Ambel, Bulbuente, al Santuario de la Misericordia, la Urbanización Cumbres del Moncayo de Añón y el cámping de Vera. El Monasterio de Veruela también tuvo que ser desalojado ante la proximidad de las llamas.
El administrador apostólico de la Diócesis de Tarazona, Mons. Eusebio Hernández Sola, estuvo ayer en la localidad de Vera de Moncayo y esta mañana ha visitado a las personas alojadas en el Seminario y en el Polideportivo de Tarazona para ofrecer su ayuda y apoyo. Hacia el mediodía ha ido al polideportivo de Borja, donde ha charlado con las personas que se encuentran en este espacio desde anoche y ha reiterado la colaboración y disposición de la Diócesis para todo lo que necesiten. Allí ha visitado la Residencia de Ancianos de la localidad, donde ha charlado con los mayores residentes y les ha transmitido su cariño. En Borja, D. Eusebio ha coincidido con el presidente de Aragón, Javier Lambán, que ha llegado a la localidad para visitar a los damnificados y con el que ha tenido ocasión de hablar y contarle como era el ánimo de los vecinos afectados.
Este es el segundo incendio de gravedad que afecta a localidades de la Diócesis de Tarazona. En el mes de julio otro fuego arrasó con 14.000 hectáreas de la zona del Alto Jalón. En el de Añón todavía no se conoce la extensión afectada, pero 1.500 personas han tenido que dejar sus casas y no saben cuando van a poder regresar. Los afectados se encuentran acogidos en Tarazona, Borja y en la vecina localidad soriana de Ágreda.
La Diócesis de Tarazona, tal y como hizo en el incendio de Ateca, ha ofrecido su colaboración, ayuda e instalaciones a las autoridades autonómicas, provinciales y municipales para lo que haga falta durante el tiempo necesario.
