Más de 3.000 jóvenes del Camino Neocatecumenal están pasando estos días, especialmente desde el pasado 30 de julio y hasta el 3 de agosto, por Barbastro. Procedentes en su mayoría de EE.UU. e Italia, pero también de Costa Rica, Brasil, Irlanda, Polonia, Japón y Zambia, han hecho un alto en el camino hacia la JMJ de Lisboa, acogidos y acompañados por la Comunidad Neocatecumenal de San Francisco. Uno de sus integrantes, Juan Larriba, explica lo enriquecedora de esta experiencia que les llevará a regresar, en el viaje de vuelta, el 10 de agosto.
Su estancia gira en torno a los beatos mártires Claretianos, a cuya huella se acercan visitando la iglesia y su Museo, así como el campo de martirio, pero también el Monasterio de El Pueyo -ligado a los beatos benedictinos-, y la Catedral de la Asunción. Sobre el terreno, y de la mano de los misioneros claretianos, conocen que «los cristianos estamos llamados a vivir escatológicamente, como si fuera el último momento. Si el Señor nos llama, hay que estar dispuestos», señala Larriba. Y aquí se empapan de la historia de unos jóvenes, como ellos, que estuvieron dispuestos a atender esa llamada. «Hay que vivir el presente no como nos lo presenta el mundo actual, sino como nos lo presenta Jesús», añade.