En la Catedral de Barbastro, la religiosa María Luisa Berzosa ha pronunciado el Pregón que abre los actos de la Semana Santa, reflexionando sobre el significado de las celebraciones y deseando «que sea una ocasión para revitalizar nuestra vida de fe. Que vivamos esta semana de ayuda mutua, en busca de la mejor versión de cada persona, con esperanza y gozo». Presentada -por sorpresa- por su amiga y madre sinodal Cristina Inogés, Berzosa se ha mostrado muy agradecida y emocionada al inicio de una intervención en la que comenzó hablando de la Semana Santa barbastrense que, ha reconocido, desconocía.
Al profundizar, ha constatado que «ser cofrade es un modo de situarse en la vida todos los días del año», ha manifestado; un modo concreto, que se ha de materializar en «traducir la fe en obras prácticas». A continuación, ha disertado sobre la Semana Santa, en general, afirmando que «necesitamos recuperar el acontecimiento de la Resurrección» que da sentido a lo que sucede desde el Domingo de Ramos. Ha echado en falta, incluso iconográficamente, esas representaciones, a pesa que que «recientemente, con la recuperación de la Vigilia Pascual se recupera la dimensión de esperanza, de vida más allá de la muerte, de gozo por la Resurrección».
A continuación, la presidenta de la Junta Coordinadora de Cofradías, Silvia Peropadre, le ha hecho entrega de una réplica del Monumento al Cofrade, que también a recogido el sacerdote Jaime Cruz, en representación de los consiliarios de las cofradías de la ciudad. Cruz, hoy consiliario de la Coordinadora, ha estado acompañado por Antonio Abadías, quien le precedió en esa responsabilidad, y que se ha convertido en el protagonista del momento más emotivo de la tarde.
La sección de instrumentos de la Cofradía de Jesús Atado a la Columna ha abierto y cerrado el acto, precedido por la llegada de las seis cofradías y una hermandad con el sonido de cornetas y bombos. Así se han desplazado hasta la Plaza de Toros de la ciudad, donde ha tenido lugar la Exaltación del Tambor.
Un comentario
La Resurrección nos confirma la divinidad de Jesucristo, y el valor redentor de Su Entrega, de Su Pasión y Muerte, marcándonos y confirmándonos el Camino a seguir para conseguir las promesas de Jesucristo.