Los grupos de niños y jóvenes de la Acción Católica General de la Diócesis de Tarazona celebraron este año su Campamento de Verano en Galve (Teruel).
En esta ocasión, el campamento estuvo ambientado en la prehistoria y las actividades se centraron en este período, aprovechando el entorno de la localidad de Galve con los restos de dinosaurios y las huellas.
De esta manera, cada grupo formó su «clan cavernícola» para los días del campamento en los que día a día se fueron descubriendo situaciones que nos alejan del Reino de Dios como la exclusión a personas distintas a nosotros, la avaricia, la falta de compromiso o la degradación del medio ambiente.
A través de la metodología del Ver, Juzgar y Actuar, se fueron trabajando estos problemas y descubriendo qué haría Jesus en cada una de las situaciones. El trabajo fue muy divertido mediante rastreos, ghymkanas y distintos juegos pero, sobre todo, muy enriquecedor para todos.
En la Asamblea de la tarde, donde los «clanes cavernícolas» se reunían para revisar y compartir el día, también se ponían en común los compromisos adquiridos por los miembros de cada grupo para cada una de las situaciones trabajadas y se iban plasmando sobre unas huellas en las «cavernas» de cada clan. Por otro lado, la oración de la mañana servía para encaminar el trabajo del día, mientras que la oración del atardecer para presentar al Padre todo lo trabajado y los compromisos, además de aprovechar para darle las gracias y pedirle perdón. A parte del trabajo que tenían cada mañana, los chicos disfrutaron mucho con talleres, excursiones, juegos y veladas.
El campamento de verano siempre es una época para convivir todos juntos, seguir avanzando en el proceso formativo de los grupos y para afrontar los nuevos retos del próximo curso.
Toño Maluenda.
Presidente de ACG Diócesis de Tarazona