La responsable diocesana del Sector de Jóvenes de ACG de Tarazona, Isabel Pérez, nos cuenta en esta crónica como celebraron este año la Pascual Juvenil.
Un año más los jóvenes de la Acción Católica de Tarazona hemos celebrado nuestra Pascua Juvenil. Este año, después de un par sin poder celebrarla de manera presencial, nos reunimos Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado de Gloria en la Parroquia de San Juan el Real, para trabajar los materiales que nos proporciona la Acción Católica General para vivir estos días tan importantes para los cristianos de una manera muy especial y en un clima de oración, fé y también alegría por la resurrección del Señor.
Además, estuvimos presentes en las celebraciones en la parroquia. El Jueves Santo, fue el día para celebrar el día del Amor fraterno, el sacramento del Sacerdocio y la institución de la Eucaristía. Reflexionamos acerca de cómo nos habríamos comportado si hubiéramos sido nosotros los que hubiéramos estado sentados a la mesa con Jesús, si hubiésemos sido como Pedro, o nos habríamos quedado callados como el resto de los discípulos, dejándonos hacer. También tuvimos un momento de oración frente al Santísimo donde nos acordamos de una persona muy cercana a nosotros, que lo estaba pasando mal y a la que nosotros podíamos apoyar, tejimos fraternidad con aquellos que más cerca tenemos y a los que a la vez más podemos llegar a descuidar.
El Viernes Santo fue un día de oración, de velar a Jesús, de reflexionar acerca de qué significa para nosotros la cruz y darnos cuenta del sufrimiento de Jesús, pero también para darnos cuenta de que no es algo del pasado, sino que la Pasión de Cristo continua hoy en muchas personas, en las que pasan hambre, se sienten solas, son víctimas de la guerra… y que en algunas ocasiones somos nosotros los que provocamos estas situaciones. Cada uno tuvo un pensamiento por aquellos que mas le tocaban el corazón y tejió una cruz por ellos.
El sábado, después del clima de tristeza que acompaña al viernes, se abre paso la alegría del resucitado. Reflexionamos acerca de cómo habríamos reaccionado nosotros al recibir la noticia de que ha resucitado, y si hubiera necesitamos verlo y tocarlo como Tomás para creer o si habríamos sido como Pedro y al ver las vestiduras no habríamos tenido duda alguna. Además, tuvimos un momento de oración para presentarla al padre nuestra oscuridad y pedirle que nos ilumine. Terminamos estos días tan intensos con la celebración de la Vigilia Pascual, donde el Padre nos dio luz para seguir alumbrando nuestro camino otro año más.