“Después de ver las noticias sobre los sanitarios que luchan contra el COVID-19 en primera línea y cómo les faltan materiales de protección, nos sentimos como una familia y pensamos hacer algo. Hice un llamamiento, la gente china es muy generosa, aunque algunos están en necesidad por esta situación tan dura, también donaron algo, ese ‘algo’ es muchísimo para mí y muy emocionante”, afirma Lucas Zan, sacerdote chino, responsable de la ‘Comunidad Católica China’ de Zaragoza.
Zan explica cómo las donaciones se han realizado en dos tandas. El uno de abril se entregaron 5000 mascarillas —3000 N95 (FFP2) y 2000 quirúrgicas— al personal del Hospital Clínico ‘Lozano Blesa’. Las familias chinas aportaron 4000 € para sufragar el gasto íntegramente.
La segunda donación ha llegado del grupo ‘Pablo Xuguangqi’, de la diócesis de Shanghai. Un grupo que lleva el nombre de un científico chino del siglo XVI que ayudó a la evangelización de China. Han enviado a los chinos católicos de Zaragoza 10.000 mascarillas quirúrgicas y 3000 higiénicas para ayudar en la lucha contra la pandemia. Estas mascarillas se han distribuido en residencias de mayores de los barrios de ‘Las Delicias’ y de ‘La Almozara’, el comedor familiar de la parroquia de San Pedro Arbués y distintas Cáritas parroquiales de la zona.
En pleno barrio de ‘Las Delicias’
La ‘Comunidad católica china’ de Zaragoza tiene su sede en la parroquia de San Valero (Unceta, 18) y tiene, desde hace seis años, a su servicio al sacerdote Lucas Zan. Es una comunidad pequeña, de unas treinta familias, unas ochenta personas acuden habitualmente a la misa dominical, que se celebra los sábados a las 22.00 horas.
Además, tienen algunas catequesis en chino para los niños. Aunque están integrados con los demás niños de la parroquia, se les explica en chino algunas cuestiones para que las entiendan mejor en su propia lengua y puedan ayudarles en casa, ya que los adultos no dominan el español. Por otra parte, hay catequesis para adultos creyentes y para no bautizados: para los primeros es una ‘reiniciación cristiana’; para los segundos, un ‘catecumenado’. Mensualmente se celebran reuniones de matrimonios.
En esta situación de confinamiento los católicos chinos tienen a diario catequesis, rosario y misa retransmitidos en directo.
«Esta situación difícil es para nosotros un llamamiento a la conversión, a pensar sobre quién es Dios, quiénes somos nosotros… a la confianza en el Señor», concluye el padre Lucas Zan.