Este domingo, 12 de noviembre, se celebra el Día de la Iglesia Diocesana. El secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia nos invita a colaborar con nuestra parroquia aportando lo que tenemos: cualidades, tiempo o dinero. Somos la familia de los hijos de Dios y como familia todos somos corresponsables de su labor y de su sostenimiento.
47 millones anuales de horas de actividad pastoral; 6.298 centros para mitigar la pobreza; 230.00 bautizos, 240.000 comuniones; 13.000 misioneros en 129 países de los 5 continentes; más de 211.000 personas acompañadas en hospitales. ¿Tan solo números? Más bien la prueba de que la Iglesia sigue siendo la institución benéfica por excelencia en la sociedad española. Una vez más se cumple el evangélico “por sus frutos los conoceréis”.
Las diócesis de la Iglesia católica en Aragón cumplen esta función de un modo excelente. Aunque la extensión del territorio y la escasa densidad demográfica son condicionamientos muy negativos para la actividad pastoral, esta se sigue realizando de la mejor manera posible: con la confianza puesta en el Señor y con el ejercicio de una caridad creativa y eficaz. Además, siguiendo las palabras del papa Francisco a la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) el pasado veintiocho de octubre, “en este tiempo, los cristianos están llamados a dar nuevamente alma a Europa”. Los cristianos de esta tierra estamos llamados a dar alma a Aragón.
Dar alma a nuestra comunidad
La primera, y tal vez la mayor, contribución que los cristianos pueden aportar al Aragón de hoy es recordar que no se trata de una colección de números o de instituciones, sino que está hecha de personas. El ser personas nos une a los demás, nos hace ser comunidad. Por tanto –parafraseando a Francisco–, la segunda contribución de los cristianos al futuro de Aragón es el descubrimiento del sentido de pertenencia a una comunidad.
Las seis diócesis de Aragón están llamadas a servir a cada persona y a cada comunidad: Zaragoza, con sus 910.987 personas y sus 277 parroquias; Barbastro-Monzón, con sus 104.927 personas y sus 250 parroquias; Teruel y Albarracín, con sus 90.097 personas y 259 parroquias; Huesca, con sus 83.584 personas y 211 parroquias; Tarazona, con sus 79.216 personas y 139 parroquias; Jaca, con sus 39.787 personas y 181 parroquias.
Desde estas comunidades, los católicos aragoneses realizan anualmente más de 550.000 ayudas sociocaritativas personales: Zaragoza (504.848 personas), Barbastro-Monzón (7.525), Teruel y Albarracín (3.399), Huesca (19.070), Tarazona (16.630), Jaca (2.675).
La contemplación de estos números debe llevar a los creyentes a la acción de gracias, a la alegría por seguir haciendo el esfuerzo de ser fieles al mandato misionero de Jesús, al orgullo de estar realizando una gran historia. Y, por supuesto, al compromiso generoso con nuestro tiempo y con nuestra economía.
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