Dichoso el seno que te llevó…
1.-Oración introductoria.
Hoy, Señor, quiero profundizar un poco más en lo que decíamos ayer acerca de tu madre. La Virgen María ha meditado y ha guardado en su corazón tu Palabra. San Juan nos dice que no cabrían en el mundo los libros que se podrían escribir de Jesús. No hay que lamentarse de nada, nada se ha perdido. “Todo lo conserva María en su corazón”. Ahí están las palabras de Jesús consignadas en los evangelios y todas que no se escribieron. ¡Gracias, Señor, por este tesoro!
2.- Lectura reposada del Evangelio. Lucas 11, 27-28
Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzó la voz una mujer de entre la gente, y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» Pero Él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan».
3.- Qué dice la Palabra de Dios.
Meditación-Reflexión
Para Jesús el elogio de su madre va por caminos distintos de la opinión de los hombres y mujeres de este mundo. No se centra en lo superficial sino en lo esencial. Para Jesús su madre es dichosa no por el hecho de haberle dado a luz “fisiológicamente” sino porque, al creer, se va a convertir en la Madre de todos los “creyentes”, es decir, de todos los que, a través de la historia, van a escuchar la Palabra de Dios y la van a poner en práctica. Ella se va a convertir en el” Primer Monasterio del mundo” al meditar la Palabra y guardarla en su corazón. Ella se adelanta a la “vida monacal” y hace suyo “el rumiar de tantos hombres y mujeres que, dejándolo todo, estructuran su vida al ritmo de la Palabra, para que esta lámpara esté encendida “día y noche” dentro de los claustros de los Monasterios. María es también modelo para toda la Iglesia Universal. María nos enseña cómo acoger la Palabra de Dios, cómo encarnarla, vivirla, profundizarla, rumiarla, hacerla nacer y crecer, dejarnos plasmar por ella, aun cuando no la entendamos, incluso cuando nos haga sufrir. Por eso las entrañas de la Virgen se ensanchan para acoger no sólo a Jesús sino a todo el Cuerpo Místico de Cristo. Desde ahí se elevará al Señor “en este exilio, aquel himno que se canta perpetuamente en las moradas celestiales” (S.C. 83).
Palabra del Papa
Abrir la vida a la Palabra de Jesús
Jesús siembra. Cuando aceptamos la Palabra de Dios, entonces somos el Campo de la Fe. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, dejen entrar la simiente de la Palabra de Dios, dejen que germine, dejen que crezca. Dios hace todo, pero ustedes déjenlo hacer, dejen que Él trabaje en ese crecimiento (Vigilia de oración con los jóvenes, 27-7-13
4.- Qué me dice hoy a mí esta palabra ya meditada. (Silencio)
5.- Propósito. Hoy acudiré a María como al quinto evangelio, un evangelio vivo que me ofrece la palabra que yo necesito.
6.- Dios me ha hablado hoy a mí a través de su Palabra y ahora yo le respondo con mi oración.
Al acabar esta oración, quiero darte gracias, Dios mío, porque he descubierto a María en una nueva faceta: la que me da el evangelio ya vivido, rumiado y hecho vida por Ella.
PDF: 13 DE OCTUBRE
Autor: Raúl Romero