Una esperanza se abre camino en medio de las incertidumbres y las tinieblas que tantas veces envuelven el devenir de la Iglesia. «El Pueblo Santo de Dios se ha puesto en marcha por la misión gracias a la experiencia sinodal» ha dicho el cardenal Jean-Claude Hollerich, Relator General de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, al finalizar los trabajos del grupo de teólogos y teólogas que han trabajado en los informes previos a la Segunda Sesión de la XVI Asamblea que tendrá lugar en octubre. El cardenal Hollerich habla de «respuestas entusiastas y creativas», aunque también reconoce «resistencias y preocupaciones». Sin embargo, asegura, la mayoría de los informes muestran «la alegría del camino recorrido, que ha dado nueva vida a muchas comunidades locales y ha provocado también cambios significativos en su modo de vivir y de ser Iglesia. ¡Las semillas de la Iglesia sinodal ya están brotando!», expresa con emoción.
El grupo de teólogos (hombres y mujeres, obispos, sacerdotes, consagrados/as y laicos), procedentes de distintos continentes, ha trabajado sobre los 107 informes de las Conferencias Episcopales y de las Iglesias Orientales Católicas, y sobre las más de 175 observaciones procedentes de realidades internacionales, facultades universitarias, asociaciones de fieles o de comunidades y personas particulares.
Según el portavoz de los obispos, estos informes, fruto del trabajo que las Iglesias locales realizaron a partir del Informe de Síntesis de la Primera Sesión de la Asamblea, muestran «una Iglesia viva y en movimiento». Entre los temas más recurrente están nuevamente la formación, el funcionamiento de los órganos de participación, el papel de las mujeres, de los jóvenes, la atención a los pobres, la inculturación, la transparencia y la cultura de rendición de cuentas por parte de quienes asumen un ministerio en la Iglesia, pero también la catequesis y la iniciación cristiana.
El proceso de elaboración del Instrumentum Laboris continuará con otras etapas y será diferente del anterior. Si para la Primera Sesión era importante poner de relieve la amplitud de los temas a tratar, el documento de trabajo para la sesión de octubre pretende, en cambio, destacar algunos nudos que hay que desentrañar para responder a la pregunta «Cómo ser una Iglesia sinodal en misión».