La Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida ha organizado durante este pasado fin de semana el Encuentro de Laicos sobre el Primer anuncio con el lema «Pueblo de Dios unido en la Misión». Este evento ha reunido en Madrid a representantes de las diócesis españolas, de la vida consagrada y de los distintos movimientos y asociaciones de laicos. En total, más de 700 participantes entre los que han estado presentes 27 representantes de las diócesis aragonesas.
El Encuentro comenzó con una Eucaristía presidida por Mons. Carlos Escribano, presidente de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida. El arzobispo de Zaragoza nos apremiaba a evangelizar en comunión y creatividad «a los cercanos, a los alejados y a los indiferentes». Está Jornada, decía Don Carlos, «es para buscar caminos insospechados, intentar proponer melodías con acordes no interpretados». Nos reunimos «para descubrir nuevos caminos».
Entre los discursos de apertura, el nuncio apostólico, Mons. Bernardito Auza, alabó «la iniciativa de este Encuentro para contagiarse y llevar el Evangelio a todas partes. Es signo del amor que tenéis a Jesucristo y el compromiso de su Vida en vuestras propias vidas. Él os mueve a anunciarle». Por último, Mons. Auza quiso lanzar «un vivo consejo a todos: no nos dejemos nunca desanimar por la conducta de quienes, desgraciadamente, viven como si Dios no existiera. Recordemos las palabras de San Pablo: «No nos cansemos de hacer el bien, que a su tiempo cosecharemos» (Gal 6,9)».
Palabras del presidente de la CEE
El cardenal Omella, por su parte, subrayó que «el Primer Anuncio no es dar una lección, sino sacudir el corazón» y que «se puede evangelizar desde cualquier lugar». También reivindicó a la Iglesia que, a pesar de las «arrugas del pecado» sigue custodiando el gran tesoro del Evangelio.
Aragón, a la escucha
Los representantes aragoneses que han participado en el Encuentro de Laicos destacan sobre todo «la importancia de la escucha, del acompañamiento y de la implicación de la comunidad parroquial para acoger a los que descubren a Jesús». Del mismo modo, les ha quedado claro que «no puede haber anuncio si antes no ha habido encuentro con Jesucristo». Y subrayan que «anunciar el Evangelio es una apuesta de amor independientemente de a quién se le anuncie».
Cambio de mentalidad
El Encuentro de Laicos culminó con la presentación de un documento de síntesis en el que se alienta a un cambio de mentalidad «en lo personal, lo pastoral y lo estructural». La delegada de Apostolado Seglar de Zaragoza, Mª José Sánchez, lo recordaba con este mensaje que se trae en su libreta: «Necesitamos un verdadero cambio de mentalidad para poder responder al reto de la cultura actual y ser respuesta al mandato misionero de Jesús. El Primer Anuncio es el soporte para edificar verdaderas comunidades evangelizadoras que sientan la urgencia de entrar en un proceso de conversión permanente integrando estructuras que sitúen a la parroquia en clave evangelizadora».
Sin recetas mágicas
En el texto final, se nos recuerda que «no existen recetas mágicas ni únicas para anunciar a Jesucristo» pero alerta al mismo tiempo a «no centrarnos tanto en los números o a generar simplemente experiencias, sino a que trabajemos para que las personas que reciben el Anuncio se incorporen a una comunidad donde puedan seguir un proceso de iniciación cristiana y finalmente convertirse en discípulos misioneros que salgan a las periferias, tanto existenciales como materiales”.