Las Cáritas aragonesas invirtieron en 2020 casi cuatro millones de euros en proyectos de empleo y economía social

Iglesia en Aragón
8 de junio de 2021

Cáritas Aragón ha presentado su Informe anual de Empleo y Economía Social para dar cuenta de las acciones desarrolladas en el 2020 en uno de los sectores estratégicos de la respuesta de Cáritas a los retos de la exclusión y la desigualdad.

Las Cáritas aragonesas llevan décadas acompañando a las personas en sus procesos de búsqueda de empleo y en la mejora de sus competencias para situarse en igualdad de condiciones ante un mercado laboral cada vez más competitivo y con perores condiciones.

El trabajo decente es un derecho al que no tienen acceso millones de personas en nuestro país y que la pandemia ha complicado aún más. A pesar de este escenario plagado de dificultades, Cáritas pudo mantener el ritmo de respuesta de sus programas de empleo y economía social, y acompañó, en 2020, a un total de 2.866 personas. De ellas, 621 lograron acceder a un puesto de trabajo, lo que supone casi un 22% del total de personas participantes. Toda esta acción fue posible gracias a los 3.971.241,50 de euros invertidos en el conjunto de las Cáritas aragonesas.

Cáritas en Aragón, además, genera empleo protegido a través de sus iniciativas de economía social (empresas de inserción, centros especiales de empleo etc.) por las que han pasado 61 personas en los 53 puestos de insercióncon los que se cuentan. A través de estos empleos de inserción, mejoran su empleabilidad en un entorno real de producción, desarrollando sus competencias laborales y personales. Cuentan con el apoyo del personal de producción y de acompañamiento, cuyo objetivo es formar y capacitar a las personas para poder mejorar sus posibilidades de acceso a un puesto de trabajo en el mercado laboral ordinario tras su paso por una entidad de Economía Social.

Escuchar, cuidar, sumar y cambiar

Como señala el Informe de empleo y economía solidaria 2020, “la crisis del Covid nos ha mostrado con claridad lo que es verdaderamente esencial: la vida, la salud, los cuidados, el apoyo de la comunidad, el cuidado del planeta…”. De ahí la necesidad de poner en práctica una economía que priorice lo esencial y liderar un nuevo modelo económico centrado en las personas y el cuidado de la vida.

La apuesta de Cáritas por el modelo de economía solidaria pasa por defender una economía que escucha y atiende las necesidades tanto de las personas trabajadoras y consumidoras como de las empresas. Una economía que cuida, que se ocupa de las personas y sus condiciones de trabajo, al tiempo que cuida el medio ambiente. Una economía que suma, porque es la economía del bien común y la cooperación, la que suma beneficios para las personas. Y una economía que cambia, que es transformadora tanto en lo personal, como en lo colectivo.

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