La Unidad Pastoral de Barbastro, coincidente con el arciprestazgo del Somontano, cerró el mes de mayo con un encuentro de advocaciones marianas que, bajo el lema «Con María, caminamos juntos», reunió 18 advocaciones marianas. Por tercer año consecutivo, la Catedral de Barbastro fue el escenario de la presentación individualizada de las imágenes y su devoción en pueblos y comunidades, acompañada cada una de ellas con el rezo conjunto de un Ave María.
Abrió las presentaciones la Virgen del Plano de Salas Bajas, visitada por los fieles durante todo los sábados de mayo, y siguieron la Virgen de la Candelaria de Salas Altas, Nuestra Señora de la Asunción de Pozán de Vero, la de los Dolores de Naval, Nuestra Señora de la Asunción de Huerta de Vero, la Virgen de la Carrodilla, de Estadilla -que repartió los cordones bendecidos de esta advocación-, la Virgen del Viñero de El Grado, Nuestra Señora de la Asunción de Fonz, la Virgen de la Cuarcos de Costean, la del Socorro de Coscojuela de Fantova, la Virgen de la Bella de Castejón del Puente, Nuestra Señora del Pueyo y la Virgen del Plano de Barbastro, Torreciudad -de la ribagorzana Secastilla pero invitada desde la primera edición-, la Virgen Inmaculado Corazón María de los Claretianos, la de la Esperanza y la del Carmen de Barbastro.
Cerró esta galería mariana la correspondiente a Nuestra Señora de la Asunción, a la que está dedicada la Catedral de Barbastro, y que dio paso a la reflexión del párroco moderador del arcipreste del Somontano, Omar Quilcaro. «Gracias por acudir a este acto, sencillo, pero con una gran fuerza de comunión, como hace una madre con sus hijos, que convoca y comparte. Ella nos ha convocado hoy», señaló.
Las intervenciones de sacerdotes y seglares se intercalaron con las interpretaciones del coro de la Unidad Pastoral de Barbastro, muy aplaudidas por la interpretación, variedad y selección de los temas, que incluyó la jota. A continuación, el obispo presidió la eucaristía, concelebrada por los sacerdotes de la Unidad Pastoral. En su homilía, animó a los presentes a activar el «modo mariano, no solo en el Mes de María».