Santificación dominical, Ruego de protección y Estreno en Cristo. Si ya de por sí este domingo pasado, día 15 de mayo, se anunciaba para todos como un ejercicio de precisión horaria por coincidir la fiesta de San Isidro en un domingo cuajado de primeras comuniones, en Binéfar, además, exigió un pelín de imaginación, ya que, cerrada por obras su iglesia parroquial, las tres celebraciones debieron hacerse con meticuloso reparto de tiempos en la capilla de San Antonio.
De los 56 comulgantes de este año, los que eligieron este domingo para su “gran día” recibieron a Jesús con toda solemnidad en misas a las 11 y 12 de la mañana; y los labradores, junto a otros fieles asiduos, celebraron a las 10 la misa dominical, al final de la cual y al no poder sacar la imagen del santo para su habitual procesión y bendición de campos, pidieron su protección y su bendición sobre un canastillo de espigas y tierras tomadas de los cuatro puntos cardinales de Binéfar: “Ya que Isidro no puede venir a nuestros campos, le llevamos nuestros campos a Isidro”. Más tarde, las tierras bendecidas se esparcieron sobre la Sierra de San Quílez.
Unidad Pastoral de Binéfar