La representante del Sínodo de la Diócesis de Tarazona, Ana Solanas, tomó parte el sábado 4 de mayo de la asamblea preparatoria para la segunda vuelta del Sínodo de la Sinodalidad que tendrá lugar en Roma el próximo mes de octubre. En el encuentro del sábado, que se celebró en Madrid, se reflexionó sobre las aportaciones que la Iglesia española enviará a Roma.
Unos 80 representantes de la mayoría de diócesis españolas participaron en esta asamblea en la que estuvieron el coordinador de Equipo Sinodal de España, Mons. Vicente Jiménez, el presidente de la CEE, Mons. Luis Argüello, el cardenal de Bracelona, Juan J. Omella, el secretario general de la CEE, Mons. César García Magán, los arzobispos de Zaragoza y Tarragona y los obispos de Solsona y León.
Tras las palabras de bienvenida de Mons. Vicente Jiménez, con las que invitó a los presentes a ser capaces de «abrir caminos de futuro y rutas de renovada esperanza», además de señalar que la asamblea no era «una estrategia pastoral», sino «una experiencia pastoral de encuentro con el Señor», intervino desde Roma el subsecretario del Sínodo de los Obispos, Mons. Luis Marín, que animó a seguir trabajando en el Sínodo y reincidió en su importancia.
El secretario de Equipo Sinodal de la CEE, el sacerdote Luis Manuel Romero, explicó el motivo del encuentro y señaló que el proceso sinodal hay que vivirlo «como un kairós, como un momento de gracia». Después Dolores García y Olaya Rodríguez presentaron el documento «Hacia octubre de 2024», elaborado por la Secretaría del Sínodo de la Conferencia Episcopal a partir de las aportaciones de los grupos sinodales de las diócesis, congregaciones y otras instituciones eclesiales. Según han señalado, se recibieron aportaciones de 54 diócesis y una veintena de instituciones eclesiales como CONFER, los diversos movimientos de Acción Católica, FRATER, Manos Unidas, etc. También se solicitó a los grupos sinodales ejemplos de «buenas prácticas» en el desarrollo de la dinámica sinodal.
El documento de trabajo «Hacia octubre de 2024» está abierto. Por eso, en la segunda parte de la Asamblea se dedicó un tiempo para el diálogo sobre el texto. El obispo de Solsona, Mons. Francisco Conesa, padre sinodal, fue el moderador para ir dando voz a todos los participantes que han querido hacer sus indicaciones para sumar a este texto.
Con estas aportaciones y sugerencias, como ha indicado Mons. Conesa, se va a enriquecer el documento. También se van a incluir las reflexiones que lleguen estos días al equipo sinodal. Una vez recopiladas, se incorporarán antes de su envío a la Secretaría General del Sínodo.
Antes de este diálogo, se presentaron distintas experiencias sinodales. El encuentro finalizó con una eucaristía presidida por Mons. Luis Argüello.