En la tarde del Domingo de Ramos, el Cristo de las Tres Caídas de la la Hermandad del Santo Cristo de la Agonía y Nuestra Madre Dolorosa volvió a recorrer las calles del Entremuro de Barbastro, en su camino desde la iglesia de los Escolapios a la S. I. Catedral. En esta ocasión, y con motivo de su décimo aniversario, una jota sonó a la salida del paso, sumándose a las tres tradicionales del recorrido central. Es un sello distintivo de esta procesión: en cada una de las tres paradas los cofrades proclaman un pasaje evangélico y una breve reflexión, seguidos de la entonación de una jota solemne.
La sección de instrumentos de la Hermandad, con tambores y cornetas, acompañó el desfile procesional durante todo el trayecto, mientras los cofrades penitentes portaban la imagen y numerosos fieles seguían sus pasos con recogimiento. A lo largo del recorrido se vivieron momentos de gran emoción, especialmente en la plaza de la Candelera, donde se congregó una multitud para contemplar uno de los momentos más emotivos de la noche.