«La oración del pobre sube hasta Dios»

Diócesis de Tarazona
17 de noviembre de 2024

Celebramos ya la octava Jornada Mundial de los Pobres convocada por el papa Francisco con el profundo deseo de que pongamos en el centro de nuestra misión a los preferidos de Dios, los últimos, los descartados, los más pobres de las diferentes sociedades del mundo. Bajo el lema «La oración del pobre sube hasta Dios», se nos invita a descubrir la oración como camino para entrar en comunión con ellos y compartir su sufrimiento. La Diócesis de Tarazona celebra esta jornada con especial gozo, con los ojos puestos en su Misión de Cochabamba (Bolivia), con más de 30 años de historia dedicados a la atención de los más necesitados. Durante los últimos días, el Vicario General de la Diócesis de Tarazona, Javier Bernal, y los miembros de la Fundación Lavilla-Montón, Juan Carlos Inigo y Andrés Garde, visitaron del 5 al 11 de noviembre, la Misión diocesana de Cochabamba en Bolivia. Este es el testimonio del vicario general tras su visita a la misión y con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres.

En esta VIII Jornada Mundial de los Pobres, me alegra poder tener esta ventana para poder hacer un reconocimiento y gratitud a nuestra misión diocesana de Tarazona en Cochabamba (Bolivia).
Misión que atiende principalmente a niños pobres que acuden a dos guarderías y un comedor. Unos 250 niños a los que podemos dar la alimentación de su día a día y, sobre todo, un lugar donde encontrar también cariño y acogida especial en el “hogar” donde pasan el mayor tiempo del día.

Cuántas veces decimos que es más lo que nos dan que lo que les damos. Pero en realidad es así; ¡qué ejemplo nos dan de saber aceptar lo que la vida nos ofrece! Cuando nos ponemos en su situación y pensamos cómo lo viviríamos, ellos lo hacen con total alegría; el poder disfrutar de los pequeños momentos y de las pequeñas cosas, mientras que nosotros ya no sabemos ni el qué buscar para poder disfrutar; el sonreír, aunque nosotros pensemos que no tienen motivos para sonreír; siempre dar las gracias  por un simple vaso de agua, cuando nosotros hemos perdido ese sentido de gratitud si no es por algo material y dejamos de reconocer en la amabilidad un gesto de gratitud incomparable. Ante este ejemplo de humildad y sencillez, su vida se hace oración cuya plegaria sube hasta Dios. Muchas veces cuando visito la misión y contemplo con cariño y admiración a estos niños que nos enseñan tanto, medito el lema de este año “La oración del pobre sube hasta Dios”. Cuando ves a los niños rezar por todo y para todo (por el plato de comida del día, por tener vida ese día…), cuando necesitan una bendición para emprender cualquier actividad o jornada, ante esta actitud de continua acción de gracias a “su Diosito»,  pienso: ¡cómo no va a llegar la oración de estos preferidos de Dios, directamente a Él! Sus vidas contagian paz, alegría y esperanza. A la vez que también, indudablemente, interrogan y cuestionan nuestra vida. Sobre nuestra manera de vivir, de afrontar las contrariedades y de a veces no conformarnos con nada. Pero al volver , desgraciadamente, enseguida se nos olvida.

Apostar por los pobres y amar y querer a los preferidos de Dios también invita a que nazca en nuestras vidas la caridad cristiana. Por eso, nuestro agradecimiento a tantos “benefactores” que colaboran para sacar adelante la misión, al igual y sobre todo, a la ayuda económica tan generosa que recibimos anualmente de la Fundación Lavilla- Montón

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