El pasado 23 de octubre se llevó a cabo en el Monasterio de Santa Clara de Borja la elección de abadesa con la presencia de la presidenta de la federación de Ntra. Sra. de Arantzazu, a la que pertenece esta comunidad. El ministerio recayó en la Hna. Inés Maya, quien recibió «con mucha sorpresa» la encomienda, pero «aceptando la voluntad del Señor manifestada en las hermanas». Dos días antes, el 21 de octubre, el delegado diocesano para la Vida Consagrada, don José Manuel Vargas, realizó en nombre del obispo de la Diócesis de Tarazona, D. Vicente Rebollo, la visita canónica, según mandan la Regla y Constituciones de las Hermanas Pobres de Santa Clara, que también recoge el voto secreto de las hermanas de la comunidad. Al final de la mañana, D. Vicente se incorporó también a esta visita, compartiendo un tiempo con la comunidad.
La nueva abadesa lleva 35 años en Borja , por lo que ya se siente «una borjana más, feliz y acogida» y asegura «querer mucho a esta tierra». Sustituye en el cargo a la Hna. Gabriela, que ha estado al frente del convento nueve años. «Vivimos la fraternidad franciscana, por la que todas nos ayudamos mutuamente. Sin duda alguna, para todo lo que necesite le pediré su consejo», indica la Hna. Inés, quien describe que sintió la llamada del Señor muy pronto y no pudo resistirse: «Di al Señor mi sí y, hasta el día de hoy, soy muy feliz». Por eso, aconseja a los jóvenes con vocación «que no duden en seguir a Jesucristo, el mejor esposo y que, siguiendo el ejemplo de Santa Clara y San Francisco, no tengan miedo en amar totalmente a Quien totalmente se entregó por toda la humanidad».
«Aprovechando la oportunidad que me brinda «Iglesia en Aragón», quiero pedir a los lectores que recen por nosotras, para que seamos bendecidas con nuevas vocaciones y nos mantengamos fieles al evangelio de Jesucristo. Nosotras os pondremos, como cada día, en los brazos de su Santísima Madre».
La comunidad de las Clarisas de Borja está formada actualmente por siete hermanas: dos españolas y cinco mexicanas, «profundamente enamoradas de Nuestro Señor Jesucristo pobre y crucificado»
