El monasterio de Nuestra Señora del Pueyo acogió el sábado, 8 de marzo, el XIX Encuentro Diocesano de Cofradías, Hermandades y Asociaciones de Religiosidad Popular, celebración jubilar que reunió más de un centenar participantes. La devoción mariana en la religiosidad popular de nuestra Diócesis fue el lema de una jornada que se inició con el ascenso de los peregrinos, portando sus estandartes y medallas, desde la plaza del Sol hasta el monasterio.
Un café en la Hospedería dio paso a las intervenciones del vicario de pastoral, Paco Cabrero, del alcalde de Barbastro, Fernando Torres, y de la presidenta de la Junta Coordinadora de Cofradías, Silvia Peropadre, que compartió una reflexión sobre la esperanza. A continuación, el consiliario de la Junta y párroco in solidum de la Unidad Pastoral de Barbastro, Jaime Cruz, dirigió la oración del Jubileo. Tras ellos, comenzaron las informaciones de la ecónoma diocesana, Marta Calavera, -acerca de la rendición de cuentas-, de la delegada de Celebración -sobre la ceremonia de incorporación de nuevos cofrades-, y de Jaime Cruz, sobre el Jubileo de la Esperanza.
La jornada continuó con la mesa redonda Las Asociaciones en los Santuarios Marianos de la Diócesis, moderada por la responsable de Comunicación diocesana, Ascen Lardiés, con la participación del presidente de la Asociación de Amigos del Pueyo de Barbastro, Jorge Belloc, la vicepresidenta de la Asociación Virgen de la Peña de Graus, Concha Salinas, y del presidente de la Asociación Nuestra Señora de la Alegría de Monzón, Juan Acedo. El repaso de sus historias, ligadas al mantenimiento de sus respectivos templos, así como de los desafíos actuales, evidencia su papel crucial en la preservación y fomento de la devoción mariana.
Finalmente, el presidente de la Junta Coordinadora de Cofradías de Monzón, Antonio Raluy, informó sobre el XVII Encuentro de Cofradías Penitenciales de Aragón que acogerá la capital del Cinca Medio en noviembre próximo.
Tras la foto de familia es las escaleras del monasterio, los asistentes participaron en la eucaristía, presidida por el vicario de pastoral, concelebrada por siete sacerdotes y solemnizada por el coro BARMON. En su homilía, Paco Cabrero, recordó que «las cofradías no son un grupo aparte de la Iglesia que va con el paso cambiado, sino el vector que dinamiza la devoción de los misterios centrales de nuestra fe». En este sentido, animó a los presentes a «extender la lona de la tienda de nuestro paso» a todo el año «porque uno es cofrade 365 días». Tras la misa, los asistentes pasaron, como marca la tradición, por el camarín de la Virgen de El Pueyo, patrona de la diócesis.
La Hospedería del Monasterio, que custodian los monjes del Instituto del Verbo Encarnado, acogió también una animada comida de hermandad, en la que los participantes pudieron compartir impresiones y fortalecer los lazos entre las distintas cofradías y asociaciones de la diócesis.
