El sábado 12 de Febrero celebrábamos la XX Jornada de Formación de catequistas, este año de manera presencial, después de la edición virtual del año pasado. En esta ocasión nos reunimos en los Corazonistas de Paseo de la Mina y estuvimos un numeroso grupo de catequistas, más de 200, de distintas comunidades de la Diócesis.
Comenzamos la mañana poniendo nuestra mirada en Aquel que siempre nos convoca, dando gracias por ser parte de su Cuerpo Místico, la Iglesia. Igualmente pudimos visualizar un video que recogía fotos de los últimos encuentros de la Delegación y un saludo que nuestro Arzobispo D. Carlos nos envió ya que no pudo estar con nosotros.
En este tiempo sinodal que estamos viviendo quisimos reflexionar juntos sobre cómo desde la catequesis podemos educar en sinodalidad. Estuvo con nosotros el sacerdote extremeño D. Francisco Romero que es el secretario de la Comisión de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la CEE. Nos recordó, a la luz del Directorio y del motu proprio sobre el ministerio de catequistas, cómo la catequesis es un ministerio al servicio del Pueblo de Dios. La catequesis, afirmó D. Francisco educa en sinodalidad cuando facilita la toma de conciencia del propio bautismo y su profetismo y cuando los procesos catequéticos que ofrecemos pivotan en la inspiración catecumenal y mistagógica que inicia en y desde la comunidad.
Tras el descanso y los saludos nos reunimos en torno a una mesa redonda en la que pudimos descubrir que la catequesis en nuestra Diócesis está muy viva y que se están haciendo cosas muy interesantes. Tuvimos oportunidad de conocer la realidad de la catequesis de infancia de la Parroquia de Santa Teresa y San Juan de Ávila, el proceso de conversión misionera y pastoral que están viviendo en el Colegio del Pilar de Marianistas, la rica experiencia del catecumenado de adultos diocesano y la fresca y creativa propuesta de catequesis de iniciación cristiana de la Parroquia de Belén (Proyecto Arco Iris).
Fue una Jornada en la que, como reza el lema de la Delegación de este año “VALE LA PENA CREER” y podemos añadir con alegría “Y SER CATEQUISTA” ya que el encuentro nos animo a seguir siendo fieles a nuestra vocación.
Sergio Pérez, delegado de Catequesis de Zaragoza