El pasado domingo 19 de enero, la Catedral de Albarracín fue el escenario de una emotiva eucaristía que marcó su apertura como centro Jubilar. La celebración jubilar, organizada por el arciprestazgo de Albarracín-Jiloca, tuvo lugar a las cinco y media de la tarde, contando con la presencia de gran parte del presbiterio local, así como con la presidencia del Obispo, don José Antonio Satué.
Durante la ceremonia, nuestro Obispo pronunció una inspiradora homilía en la que destacó la importancia del Jubileo de la Esperanza, inaugurado por el Papa Francisco en la basílica de San Pedro la pasada Nochebuena. Satué subrayó que la Catedral de Albarracín se erige como un faro de esperanza en la región, invitando a los asistentes a reflexionar sobre su propia capacidad de contagiar esperanza en un mundo que a menudo parece desalentador.
El Obispo planteó preguntas profundas sobre el estado de la esperanza en la comunidad: «¿Cómo andan nuestras baterías de esperanza? ¿Creemos que nuestro mundo puede mejorar?». A través de las lecturas litúrgicas, Satué ofreció consejos para cultivar y transmitir la esperanza, recordando la promesa del profeta Isaías de que, a pesar de las adversidades, la presencia de Dios siempre está con su pueblo.
En su mensaje, también hizo eco de la invitación del Papa Francisco a reconocer lo bueno en el mundo y a ser instrumentos de esperanza para aquellos que sufren, incluyendo a los enfermos, ancianos y migrantes. Además, enfatizó la importancia de unir talentos y carismas en la comunidad, resaltando que el trabajo conjunto puede generar proyectos que beneficien a todos.
La celebración concluyó con un llamado a la Virgen Santísima, Nuestra Señora de Oriente, para que acompañe a la comunidad en este Jubileo, que se espera sea un año de gracia y renovación para la Iglesia y para todos los habitantes de la zona. La Catedral, ahora centro Jubilar, se posiciona como un lugar clave para fomentar la esperanza y la fe en la región.
