El curso 2024-2025 en Barbastro-Monzón ha comenzado en el santuario de Lourdes, a los pies de María, con la XXVII Peregrinación que organiza la Hospitalidad Diocesana y coincide con la VI Peregrinación Scouts Católicos MSC-Aragón. «Comenzamos el curso yendo a Lourdes con las personas mayores y enfermos, el mejor signo de espíritu evangélico en nuestra diócesis», ha vuelto a subrayar el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez.
La XXVII Peregrinación Diocesana al santuario francés, organizada por la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Barbastro-Monzón, tiene en su esencia la «devoción, fe y esperanza que se consigue y recibe», explica el sacerdote José María Ferrer, fiel a una cita en la que han participado alrededor de 300 personas. En autobuses desde Monzón, Barbastro, Binéfar y Fraga, pero también con coches particulares, la peregrinación partió el viernes 23 de agosto con su obispo a la cabeza.
«Cumplimos sobradamente las expectativas y eso, al fin y al cabo, no es una respuesta a la Hospitalidad sino a la Madre. Volvemos a Lourdes a encontrarnos con ella y ofrecerle nuestras manos», señala su presidente, José María Sistac. Y esa respuesta es abundante y fiel porque «el que va, repite», insisten los peregrinos. La clave, para Sistac, es la vivencia personal: «El mayor regalo que recibes de Lourdes no es una curación, aunque la curación esté ahí. El milagro es la transformación personal que tú puedes encontrar. No solo porque estás delante de la Virgen, sino por la tremenda fe de quien acude ahí, la vivencia de un mundo hermano. Y esa vivencia la llevas contigo todo el año».
Para que ese milagro sea posible, las manos hospitalarias y voluntarias se multiplicaron del 23 al 25 de agosto, apoyadas también por los Scouts Católicos MSC-Aragón. «Solo dos diócesis, nosotros y Valencia, vamos con los Scouts. Creo que somos un ejemplo y no solo en este tema de la Hospitalidad. ¡A nivel diocesano, somos superactivos todos», añade Sistac.
