Que los jóvenes que estamos aquí somos «los apóstoles del s. XXI» no lo digo yo. Lo dice el cardenal maño de Barcelona, Mons. Juan José Omella. Ahora, sin spoilers.
Qué día más completo. No es fácil de contar porque, mientras algunos salían anoche de Zaragoza, otros hemos dormido como reyes en casa de nuestra familia de acogida. La despedida ha sido dura, pero anoche acabamos bailando y celebrando una fiesta de acción de gracias.
¡Menuda alegría! Por fin estamos todos. Estamos todos aquí. En Cascaes. Los del viaje largo y los del corto. Los de Huesca, Barbastro-Monzón,Tarazona, Zaragoza y Teruel. Casi mil jóvenes dispuestos a encontrarnos con Jesús en la persona del Papa Francisco.
Nos repartimos en diferentes colegios para depositar nuestras pertenencias pero no nuestra ilusión, que la llevamos encima. En seguida, paseamos por la ciudad y conocemos también Estoril, donde va a ser la Santa Misa.
40.000 jóvenes españoles celebrando juntos una Eucaristía muy especial. Presidida y celebrada por un cardenal maño, un arzobispo maño y un diácono maño, es especialmente Mariana. El Cardenal Omella se sale: arranca aplausos, comenta El Divino impaciente (Pemán) y nos lee un poema. Sobre todo, apela a la filiación y la fraternidad. Y añade: «Si le damos al Señor nuestra pobreza, Dios hará maravillas. ¿Estamos dispuestos? Sois los apóstoles del s. XXI».
El día finaliza con un festival a todo ritmo: Unai Quirós, Migueli, Grilex y muchos más amenizan la noche. Cualquiera diría que se trata de una rave, pero es un festival. Un festival divino.