Ion Perea, delegado de Vocaciones de la Diócesis de Tarazona: «El congreso ha sido el comienzo de un camino que nos ayude a revivir la propia vocación»

Marta Latorre
12 de febrero de 2025

El delegado de Vocaciones de la Diócesis de Tarazona nos cuenta en esta crónica cómo ha sido el Congreso de Vocaciones, en el que la diócesis ha estado representada por 13 voluntarios además de nuestro obispo.

El pasado fin de semana, entre los días 7 y 9, se celebró en Madrid el Congreso de Vocaciones, en el que representantes de todas las diócesis españolas, de muchas congregaciones religiosas, institutos seculares, movimientos y otras realidades de la vida cristiana que enriquecen la Iglesia española pudimos reunirnos en torno a una idea, repetida de mil maneras diversas y enriquecedoras: la vida cristiana es vocación. De nuestra diócesis pudimos participar un grupo de 13 personas, con nuestro Obispo a la cabeza. Entre todos se intentó que estuvieran representadas diferentes sectores de nuestra vida diocesana, en especial aquellos en los que el mensaje vocacional puede reverberar de modo especial: pastoral vocacional, seminario, familia y vida, catequesis, juventud, enseñanza, cofradías, apostolado seglar, y el Consejo diocesano de pastoral. Este pequeño grupo se sumó a los 3000 participantes que llenaron de vida el Madrid Arena.

Fueron días de trabajo intenso, en los que hubo varias ponencias, y más de 60 talleres, de los que cada congresista participaba en cuatro. Los distintos «itinerarios» (Palabra, Comunidad, Sujeto, Misión) marcaban el tono de los temas tratados, por lo que la experiencia de cada congresista fue muy enriquecedora. Junto a este aspecto más formativo no faltó la oración: cada día se celebró la Misa, y los participantes pudieron detenerse en una capilla donde la adoración era permanente durante las horas del día. El sábado se celebró una vigilia de oración, en la que las diócesis de Aragón participaron especialmente. Dos congresistas de nuestra diócesis lo hicieron también, representando a Tarazona. Estos momentos de oración fueron como el corazón vivo del trabajo del Congreso. El festival del sábado por la noche puso el broche de oro al ambiente de alegría general que se vivió durante todo el Congreso. Y con la Misa de envío del domingo, todos los que disfrutamos de la suerte de participar en este Congreso fuimos “enviados” de vuelta, cada uno a la realidad en la que vive, para trabajar por la cultura vocacional que es parte de la entraña de la vida de una Iglesia que es “asamblea de llamados para la misión”.
Este Congreso no ha sido la meta de una preparación más o menos larga, sino el comienzo de un camino de trabajo que nos ayude a revivir la propia vocación, y a ayudar a descubrirla. También en nuestra diócesis de Tarazona.

Ion Perea Itarte.
Delegado de Vocaciones de la Diócesis de Tarazona

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