Este año se cumplen 275 años del nacimiento de Goya en Fuendetodos. Con este motivo ofrecemos algunos datos sobre este pueblo, sacados de un libro procedente de este pueblo y que parece que se encuentra en el Archivo Diocesano desde finales del siglo XVIII, aún en vida del pintor, y de las matrículas de cumplimento pascual, documentación que no es desconocida pues fue utilizada a por José Luis Ona González en 1997).
El primero de ellos es el Libro de la Cambra de el (sic) Monte de Piedad de el (sic) lugar de Fuendetodos, que comprende los años 1703-1795. El 6 de julio de 1795 el vicario del pueblo presentó al Juez de Pías Causas, que determinó su entrega al fiscal general para que dictase las medidas convenientes para que se cumpliesen los mandatos de las vistas pastorales de años anteriores (1764, 1767, 1775, 1782, 1785).
El Monte de Piedad (que no se puede entender en el sentido actual, sino que actuaba como una entidad de préstamo de semillas, al modo de una cooperativa agrícola) fue fundado en 1703 (sic) por el concejo y con aprobación arzobispal, como constaba por el acto de fundación en Zaragoza el 10 de octubre de 1702, testificado por el notario apostólico Manuel Monzón y Lamata, infanzón y ciudadano de Zaragoza. Su renta consistía en 300 cahíces de trigo. Los patronos eran el vicario, el jurado primero y el procurador de hidalgos. Según las cuentas de 1704 el trigo se daba para sembrar en octubre y noviembre y se cobraba en el agosto siguiente, en trigo común o morcacho, mediano y bueno o puro.
En el primer folio el vicario José Mozota señala que el 15 agosto de 1722 se determinó construir la iglesia y que la primera piedra se puso el 6 de mayo de 1723 “con toda solemnidad, haciendo procesión y bendiciendo los cimientos, para terna memoria, reinando Philippe Quinto”. Los vecinos ofrecieron como limosna 1000 pesos “siendo los tiempos tan calamitosos y de guerras, que se pagaba en el reyno de Aragón un grande donativo cada año y en este lugar se pagaba 230 Libras (y) la sal se pagaba por cada arroba 8 sueldos 3 (dineros)”.
Este monte de piedad fue visitado por los arzobispos o sus delegados o por los canónigos en sede vacante entre 1717 y 1785. No siempre se pudo cobrar el trigo, como ocurrió en 1710, por tener que alojar soldados y otras cargas “que se ofrecían en estas guerras, todo para el servicio de Nª Rey, Señor y Monarca Felipe quinto, que el cielo prospere y guarde”. El último cobro es de 1760 En 1761- cuando uno de los patronos era Juan Esteban Lucientes- no se cobró “por la cortedad de cosecha”, en 1762 por “haberse apedreado la cosecha” y en 1763 por no haberse recogido trigo morcacho. Por eso en 1775 el arzobispo Sáenz de Buruaga se lamentó por estar “tan decaída esta piadosa fundación”. En 1732 parte de su renta se empleó en dorar el retablo mayor, con permiso del arzobispo.
Entre 1741 y 1750 aparece siempre como primera persona de la lista la viuda de (José) Lucientes; entre 1751-1756 aparece José Lucientes, y entre 1757-1760 José Lucientes.
El año que nació Goya, en mayo, visitó la parroquia el arzobispo Añoa. Según José Luis Ona es posible que la familia de Goya estuviese todavía en el pueblo, pero extraña que el pintor fuese confirmado años después en San Gil, pues entonces la confirmación se administraba cuando los prelados acudían a las parroquias, con independencia de la edad, a todas las personas que no estuviesen confirmadas desde la visita anterior, y hubiese sido un momento apropiado para que recibiese el sacramento.
Por la matrícula de cumplimiento pascual de 1747, la primera que se conserva en el Archivo Diocesano, se sabe que en 1746 fueron hubo 12 bautizos (7 niños y 5 niñas), 11 defunciones (8 adultos: 4 hombres y 4 mujeres; y 3 párvulos, todos niños) y 6 matrimonios.
En 1747 vivían, en sendas casas propias: Miguel de Lucientes, viudo, con sus hijos Francisca y Juan Esteban; otro Miguel de Lucientes, con su esposa Josefa Mozota; Domingo Lucientes, con su esposa Antonia Minaburo y su hijo Domingo; y Josefa Andrés. Viuda, con su hijos José y Josefa y con el esposo de esta, Basilio Salvena.
Juan Ramón Royo García
Director del Archivo Diocesano