CCC, fue lo que contesté en la reunión previa al Congreso por las Vocaciones en la que don Carlos, Arzobispo de Zaragoza, nos enviaba en nombre de la diócesis.

C de “contento”, me hacía mucha ilusión que me pidiesen que fuese a representar a mi diócesis en un evento donde nos hemos encontrado más de 3000 personas. C de “conocimiento”, quería conocer y empaparme bien de todo lo que allí iba a vivir para luego volver a Zaragoza y llevar a buen término, la última C. C de “contagiar”, no puede ser que todo se quede en una estupenda experiencia personal y grupal de un intenso fin de semana y que luego no haya una consecuencia en mi entorno más próximo.
Allí que fuimos un grupo de 50 personas para representar a la archidiócesis de Zaragoza. La cosa pintaba muy bien. Gente de todas edades, de todos los ámbitos, … de todas las vocaciones. Matrimonios, sacerdotes, laicos, seminaristas, consagradas, …
Como representante de la Pastoral de la Universidad San Jorge, he vuelto con un montón de herramientas y recursos para seguir caminando, profundizando y abriendo nuevos caminos en la evangelización del ámbito en el que me toca moverme.
Personalmente, vuelvo removido y tocado, de manera muy positiva. Me ha servido para ratificar que soy corresponsable de lo que se hace en mi diócesis y que tengo que seguir dando pasos para comprometerme firmemente en una de las tareas más importantes, por no decir la más importante en nuestros días, llevar la buena noticia a todos, para que cada uno de ellos encuentre cuál es su vocación para hacer de este reino terrenal, una antesala del reino que nos espera. Todas las vocaciones son necesarias para que haya equilibrio y comunión.
Redes sociales, el Ministerio de la Palabra, Escuela de acompañamiento… eran los temas de algunos talleres en los que participé y en todos se nos daban herramientas para que sembremos y poco a poco vaya surgiendo una cultura vocacional, siempre necesaria pero más aún en los tiempos que nos toca vivir.
No estamos solos, somos muchos con el mismo objetivo, con el mismo rumbo. Que no nos pueda el desánimo, unámonos en comunidad auténtica de vida que nos ayude a responder a la pregunta: “¿Para quién soy yo?”.
Lo tenía claro, pero vuelvo fortalecido en ese convencimiento. Soy para ti Señor y el camino para llegar a ti, es ser para mis hermanos.
¡Gracias por la oportunidad y nos vemos en el camino!
Gabriel Gutiérrez Pablo
Responsable de Acción Pastoral y Voluntariado en la USJ