Funeral por don Damián Iguacen Borau, «el último de todos y el servidor de todos»

Miguel Barluenga
26 de noviembre de 2020

Fiel hasta el último momento a su lema episcopal, “El último de todos y el servidor de todos”, don Damián Iguacen Borau ha reunido este jueves 26 de noviembre el emocionado agradecimiento de la Iglesia en España en el rito de las exequias que ha tenido lugar en la Santa Iglesia Catedral de Huesca. Fallecido el martes 24 de noviembre a la edad de 104 años, sus restos mortales reposan ya en la Capilla del Pópulo tras recibir cristiana sepultura y tras una misa funeral presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española y cardenal arzobispo de Barcelona, don Juan José Omella, para quien fuera obispo emérito de Tenerife y obispo de Barbastro y de Teruel, además de administrador apostólico en Huesca.

Ha sido una ceremonia concelebrada por el obispo de las diócesis de Huesca y de Jaca, don Julián Ruiz; el obispo de Tenerife, don Bernardo Álvarez; el obispo de Barbastro-Monzón, don Ángel Pérez; el de Teruel y Albarracín, don Antonio Gómez, y el arzobispo de Zaragoza, don Carlos Escribano. Asimismo, concelebrada por 23 sacerdotes y con la presencia de autoridades civiles encabezadas por el alcalde de Huesca, Luis Felipe, y la subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar. También ha acudido una representación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, con quien don Damián compartió los últimos años de su vida, y todos ellos han dado calor y consuelo a los familiares presentes.

Tras la conducción del féretro al interior de la Catedral, frente al altar mayor, y el encendido del Cirio Pascual que es la llama de Cristo glorioso y resucitado, que ha vencido a la muerte y a la oscuridad, se han colocado sobre el ataud la casulla con la estola y la mitra que recordaban el desempeño de su ministerio. A continuación, se ha hecho lo propio con el báculo pastoral que da testimonio de los muchos kilómetros recorridos por don Damián para estar siempre cerca de todos sus diocesanos. Por último, se ha impuesto el evangeliario que proclamó, predicó e hizo suyo como estilo de vida. Don Damián también fue nombrado en su día Hijo Adoptivo de la ciudad de Huesca.

Don Juan José Omella, que fue administrador apostólico de la diócesis de Huesca, ha reconocido su “emoción” al salir a recibir el cuerpo de don Damián, de quien ha recordado que fue “un gran pastor que nos ha tocado a todos el corazón, como el también fallecido don Javier Osés”. Y contó algún capítulo personal que daba fe de “ese tono de gracia porque la vida nos lleva siempre a la sonrisa y la esperanza. Que desde el Cielo nos acompañe y nos haga vivir con gozo la resurrección de Jesucristo”.

Durante la homilía, don Julián Ruiz ha dado “gracias por la vida don Damián. Pedimos que el Señor le acoja en el abrazo de su eterna misericordia. Fiel a su lema episcopal, predicó con su vida y sus palabras a Jesucristo vivo, que hoy nos dice “Yo soy la resurrección y la vida”. Y se ha mostrado seguro de que “no querría que ni se cuente ni se cante su vida, pero tenemos que dar gracias al Dios de la Vida por don Damián, y a don Damián por su vida y su testimonio”.

Bernardo Álvarez ha dado lanzado también un sentido mensaje antes de la conducción del feretro, portado por cofrades de la Cofradía de San Lorenzo, a la Capilla del Pópulo. “Fue mi obispo durante siete años. Cuando uno contempla su vida, nacido en Fuencalderas e hijo de un peón, hay que ver que su vida es un milagro patente y un regalo. Dios se valió de muchas personas para que Damián fuese lo que conocemos, y también hizo de don Damián fuese instrumento para que miles de personas llegasen a conocerlo”, ha aseverado. El rito exequial se ha desarrollado bajo la normativa sanitaria vigente y con un aforo limitado al 25% de la capacidad del templo.

Este artículo se ha leído 76 veces.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compartir
WhatsApp
Email
Facebook
X (Twitter)
LinkedIn

Noticias relacionadas