Francisco J. Romero: «El Jubileo 2025 servirá para encontrarse con Cristo y llevar esperanza al mundo»

Marta Latorre
14 de mayo de 2024

El 9 de mayo se publicaba la bula del papa Francisco «Spes non confundit», la bula de convocación del Año Santo 2025. Al día siguiente, 10 de mayo, fiesta de San Juan de Ávila, patrón del clero secular, Francisco Julián Romero, director del Secretariado para el Jubileo 2025 y director de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la CEE, visitaba a los sacerdotes de la Diócesis de Tarazona para hablar sobre el Año Santo. «Iglesia en Aragón» tuvo la oportunidad de charlar con él sobre el Jubileo 2025, cuyo lema es «Peregrinos de esperanza» y cuyo logo representa cuatro figuras estilizadas que indican la humanidad proveniente desde los cuatro rincones de la tierra, que abrazadas entre ellas, indican la solidaridad y la fraternidad que une a los pueblos. La apertura de la Puerta Santa de San Pedro que dará inicio al Año Santo será el 24 de diciembre.

¿Qué celebramos en el Jubileo 2025 y cuál es su significado para los cristianos?
En el año 2025 hará 2025 años del nacimiento de Cristo. La Iglesia, cada 25 años, convoca un Jubileo siempre en memoria del nacimiento de Cristo. ¿Y para qué quiere celebrarse este Jubileo? Fundamentalmente para que la gente pueda encontrarse con Jesucristo. Es decir, que le motive preguntarse cómo está viviendo su fe, cómo va llegando a ese encuentro y cómo eso tiene que ir transformando la vida de cada uno. Además de esto, está el símbolo de entrar por la puerta. La puerta se identifica con Jesús como entrada a él, de tratar de vivir en relación íntima y continúa con él. El Jubileo es siempre una oportunidad de renovación personal sin olvidar la conversión. Cuando uno entra en contacto con Cristo se puede dar cuenta de que su vida no es como la quiere y necesita un cambio y, sobre todo, perdón. Es un tiempo de reconciliación también, de que el Señor nos perdone y comenzar una nueva vida y es a la vez un espacio para el compromiso social del cristiano en medio del mundo. Este mundo que Dios nos ha dado, en el que vivimos, lo tenemos que cambiar y lo tenemos que cambiar según el proyecto y el plan de Dios.

El Jubileo es siempre una oportunidad de renovación personal sin olvidar la conversión.

¿Qué es lo que tenemos que tener en cuenta para vivir plenamente el año jubilar?
En la bula publicada el pasado 9 de mayo, el papa subraya que este Jubileo sea el de la esperanza. El lema del mismo es “Peregrinos de esperanza”, es decir, que en un mundo donde se carece de esa esperanza como el actual e, incluso, en la Iglesia misma, lo que quiere es que tanto en el mundo como en la iglesia se viva esa realidad de esperanza. Y esto es posible, que esto sea diferente, si estamos unidos a Cristo. En la bula, el papa habla de los desfavorecidos, de todas las personas que carecen de esperanza por diferentes motivos y la celebración del Jubileo es una manera de que nosotros, los cristianos, se la llevemos. En el Año Santo se va a abrir una puerta especial en una cárcel para que también sea una Puerta Santa. Lo que se busca ante todo durante el Jubileo 2025 es llenar a todas las personas de esperanza. Es un momento ilusionante, saber que no estamos solos, que el Señor nos va a ayudar.

Lo que se busca con el Jubileo 2025 es llenar a todas las personas de esperanza

¿Hasta qué punto es importante prepararse para el jubileo?
Todo lo que es importante tiene que tener siempre una preparación y la Santa Sede, por indicación del papa, ya viene realizando desde el 2023 diferentes acciones para ello. Se han sacado unos documentos sobre el Concilio Vaticano II y este 2024 está dedicado a la oración. Animo a que nos preparemos a reflexionar con los cuadernos de oración que se han editado y con la propia oración del Jubileo, que se use para rezar en los distintos encuentros, reuniones, eucaristías. Y, obviamente, que los cristianos tengamos claro que la oración tiene que estar integrada en nuestra vida.

¿Cuál es el papel de las diócesis en el Jubileo?
Las diócesis tienen que hacer que en cada una de las parroquias y cada uno de sus miembros vivan el Jubileo. Parece que solamente los que van a peregrinar a Roma son los que van a vivir bien el Jubileo, pero tiene que quedar claro que es para todos. Tanto para los que peregrinan como para los que no, el Jubileo puede ser una realidad importante en su propia vida y todos tenemos que animar. La diócesis tiene que buscar medios que ayuden a que no pase de largo, que no sea una actividad más, sino que el 2025 del aniversario del nacimiento de Cristo sea  una oportunidad para que nos unamos a Él, para que esto sea un revulsivo en nuestro corazón y en nuestra vida de cristianos, lo llevemos al mundo en el que vivimos y lo llenemos de esperanza.

¿Y el de los sacerdotes?
En la medida que nosotros, los sacerdotes, nos metamos en esta dinámica del Jubileo, vamos a entusiasmar al resto de los fieles. Si nosotros estamos apáticos, pues lógicamente esa apatía llegará a los demás. La Santa Sede, en concreto  el dicasterio para la Evangelización, ha elaborado un material sobre la oración del sacerdote, cuatro oraciones que son preciosas, que invito a todos a poderlas realizar y que va destinado a los encuentros que tengan los sacerdotes. Con esto se quiere que se ilusionen, que vean que esto es una gran oportunidad pastoral que nos presenta la Iglesia para que muchos se puedan encontrar con el Señor.

Las peregrinaciones son parte fundamental del Jubileo, ¿qué supone llevarlas a cabo y por qué hay que realizarlas?
Los jubileos a lo largo de la historia han sido como un camino en el que cada uno se va encontrando consigo mismo, va peregrinando, va transformándose, va buscando llegar a una meta que es la Puerta Santa, que nos introduce en Jesús, en la Iglesia. Para los que tengan la oportunidad de peregrinar lo importante realmente es encontrar el verdadero sentido del Año Santo para cada uno. No es necesaria una peregrinación física, sino que tiene que ser una peregrinación espiritual: el encuentro con Cristo. Eso sí, los que peregrinen ir pueden llevar la representación de los que no vayan. Vengo con mi parroquia, con mi diócesis, con todos los que no han podido, pero que vienen conmigo para poder atravesar la Puerta Santa y ganar las indulgencias relacionadas con la misericordia de Dios.

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